Estimación de los flujos de dióxido de carbono de Europa
El cambio climático es uno de los mayores retos a los que se enfrenta hoy en día el mundo. El protocolo de Kyoto supuso un intento de atajar el problema al intentar establecer la cantidad de gases de efecto invernadero en un punto en el que no interfieran con el clima. El tratado permitía a algunos países compensar en parte sus emisiones de CO2 frente al carbono acumulado debido a cambios en el uso de la tierra y en la gestión de bosques. No obstante, la información sobre fuentes y sumideros de CO2 ha de ser transparente y comprobable para que el sistema funcione. El proyecto CAMELS («Asimilación del carbono y modelización de la superficie terrestre europea») se estableció para ayudar a los países comunitarios a que cumplieran con sus obligaciones adquiridas en el marco del acuerdo de Kyoto. El proyecto CAMELS, en conjunción con los más modernos modelos de ecosistema terrestre, utilizó las fuentes de datos disponibles sobre el ciclo del carbono como mediciones de CO2 y el verdor de la vegetación. Mediante un enfoque bayesiano, se adjudicó un rango de incertidumbre a los valores parámetro mediante la combinación de observaciones actuales y conocimientos previos de estos factores. La información se utilizó para optimizar los parámetros de la escala antes de alimentar con ellos el prototipo global Sistema de asimilación de datos sobre el ciclo del carbono (CCDAS). El CCDAS se basó en el Modelo de hidrología y la transferencia de energía a la biosfera (BETHY). El modelo BETHY empleó información satelital para determinar valores optimizados del estado hidrológico, cambios estacionales y cubierta vegetal total. El modelo BETHY se mejoró al combinar los datos con observaciones relativas a la concentración de CO2 atmosférico utilizadas para calcular límites de al menos sesenta parámetros. El prototipo CCDAS y el modelo BETHY optimizado se emplearon para adjudicar límites a la incertidumbre de los flujos de CO2 y analizar así las fluctuaciones interanuales de estos flujos. Los resultados indicaron que los cambios en los flujos terrestres de CO2 se debían principalmente al fenómeno El Niño-Oscilación Sur cuando se producía una reducción de la fotosíntesis en las regiones tropicales. No obstante, el flujo neto de CO2 a largo plazo indicó una gran cantidad de absorción en el hemisferio norte y en las regiones tropicales. Esto se compensó en parte debido a los niveles elevados de CO2 de fondo provocados por cambios en el uso del suelo. La investigación descubrió que la envergadura del sumidero terrestre europeo, sin contar Rusia, era de un tercio de las emisiones procedentes de combustibles fósiles de la región, a pesar de que los límites de incertidumbre eran del mismo tamaño que los flujos. Los descubrimientos realizados por el equipo de CAMELS mostraron que el cambio climático no respeta las fronteras internacionales y debe atajarse a nivel global. Así, se planeó proseguir con la investigación para desarrollar un sistema que incorpore todos los parámetros empíricos y que proporcione los cálculos más precisos posibles de los flujos de CO2 europeos y globales.