Cuando todo esté conectado a Internet
Pese al éxito alcanzado por la «versión 4 del Protocolo de Internet» (IPv4), a sus 30 años le ha llegado la hora de someterse a una actualización tecnológica radical. En el diseño original del IP no se habían previsto muchos de los usos actuales de Internet. Sencillamente, los padres fundadores de la gran red de redes no podían vaticinar que el usuario medio actual dispondría de todo un arsenal de dispositivos, aparte del ordenador personal, que necesitarían una dirección IP. Una dirección IP es una serie de números que identifica dispositivos conectados a Internet para que puedan enviar y recibir datos. Algunos ejemplos son los teléfonos móviles, otros dispositivos portátiles que permiten navegar por Internet, los electrodomésticos «inteligentes» y las cámaras de seguridad manejadas por control remoto. La próxima generación del protocolo, el IPv6, posibilitará direcciones de una longitud de 128 bits y dará acogida a un número prácticamente ilimitado de sistemas dotados de una identificación exclusiva. Además, ofrecerá una serie de mecanismos que permitirán gestionar el uso de los recursos en red. Recientemente el proyecto 6QM desarrolló una tecnología para medir la CdS ofrecida por las redes basadas en el IPv6. Este sistema de medición es un programa informático de pequeño tamaño que vigila la fluidez del tráfico de las redes y proporciona una imagen precisa del servicio prestado. Los resultados de las mediciones se muestran en gráficos, por lo que los proveedores de servicios para internautas pueden observar con facilidad si la CdS cumple el acuerdo de nivel de servicio (ANS). Curiosamente, el inicio del proyecto 6QM coincidió con la implantación del IPv6 en dos redes paneuropeas, Euro6IX y 6NET, que sirvieron como banco de pruebas para demostrar la viabilidad del sistema de medición. Además, los resultados operativos sirvieron de base para la elaboración de directrices sobre cómo satisfacer las exigencias de los clientes relativas a los servicios avanzados con CdS garantizada. La implantación del IPv6 puede plantear numerosos retos y de momento ha sido lenta, en parte porque son demasiadas las organizaciones de este sector que han optado por esperar a ver lo que deparan los acontecimientos. No obstante, el elevado rendimiento de las comunicaciones de extremo a extremo basadas en IPv6 que se observó durante el proyecto 6QM da motivos suficientes para animarles a participar en la implantación de este nuevo protocolo.