Una práctica agrícola beneficiosa para la sociedad
La agricultura social consiste en una serie de prácticas que favorecen la rehabilitación y el cuidado de gente en posición de desventaja social o para contribuir a la integración de personas con «baja capacidad contractual». Este último grupo incluye a inmigrantes, presos, drogadictos y a personas con discapacidades psicofísicas. A pesar de los beneficios que reporta para los agricultores y para aquellos que contribuyen a las tareas, Europa aún ha de acordar una definición general de agricultura social. La tarea dista de ser sencilla pues implica distintos métodos relacionados con la agricultura y los servicios sociales y sanitarios así como la posible combinación de todos ellos para lograr un bien social. Si además se añaden a la ecuación las tradiciones y la cultura de cada lugar, no resulta complicado entender por qué es necesario contar con un concepto europeo de agricultura social para lograr aprovechar al máximo el potencial que puede ofrecer este sector. El proyecto SOFAR («Servicios sociales en granjas multifuncionales: la agricultura social») trató de contribuir al establecimiento de un entorno institucional nuevo que se pudiera aplicar a la agricultura social. Los socios del proyecto desarrollaron un proceso participativo a modo de plataforma diseñado para que se ajustase a cada país participante y una plataforma conjunta en Bruselas (Bélgica). De este modo, SOFAR trató de sentar la base sobre la que desarrollar un programa de acción política europea que tuviera en cuenta los intereses de cada país y las perspectivas de los interesados. El consorcio celebró varias reuniones para estrechar las relaciones de trabajo de cara a la cooperación en esta actuación y otras actividades de coordinación. También se estudiaron a fondo dos casos prácticos en cada país con los que se puso de manifiesto la naturaleza, amplitud y diversidad de las experiencias en todo el continente. La información se integró a continuación con otra más pública sobre agricultura social. El proyecto fue pionero en este sentido pues apenas existían investigaciones previas que trataran sobre el tema en algunos de los países participantes. Los socios de SOFAR desarrollaron un inventario de todos los actores, organizaciones e instituciones relacionadas con la agricultura social. Los trabajos en este sentido supusieron un recurso adicional para los agentes interesados y constituyeron una vía importante para la creación de plataformas concretas. Las reuniones de esta plataforma generaron oportunidades de intercambio y debate y dieron paso al desarrollo de una estrategia de innovación europea. Dicha estrategia se propuso reformar el «segundo pilar» (desarrollo rural) de la Política Agrícola Común (PAC) de la Unión Europea . Se realizaron varias actividades de información y difusión, incluida la publicación de una página web, la distribución de boletines y materiales de prensa y la producción de documentos audiovisuales. Dos puntos de interés en este ámbito fueron la realización de una acción especial basada en un trabajo fotográfico participativo y la producción de un documental. Este último ofrece más información sobre las muy distintas realidades de la agricultura social en Europa y trata de fomentar un mayor conocimiento entre los políticos y la opinión pública. Los trabajos y resultados de SOFAR pueden ampliar el radio de acción de las actividades agrícolas, mejorar las oportunidades que poseen las instituciones dedicadas a la sanidad para incluir prácticas alternativas de bienestar y revitalizar la imagen de la agricultura en la sociedad.
