Superficies antiadherentes novedosas para controlar las bioincrustaciones Un proyecto de investigación financiado por la Unión Europea se ha centrado en lograr reducir las bioincrustaciones o biofouling sin utilizar productos químicos. La modificación de los revestimientos de las superficies en contacto con el agua tratará de dificultar la implantación y proliferación de organismos en las superficies acuáticas. Cambio climático y medio ambiente © Thinkstock Las bioincrustaciones acuáticas, es decir, la acumulación de algas y otros seres marinos en las superficies sumergidas, pueden tener un efecto muy nocivo en las embarcaciones comerciales y de recreo, los intercambiadores de calor, los sensores oceanográficos y los sistemas de acuicultura. Entre sus efectos perjudiciales cabe contar un incremento de hasta un 40 % en el consumo de combustible y un gasto global de más de 11 000 millones de euros anuales destinado a resolver los problemas que genera en las depuradoras de agua. Los tratamientos actuales para acabar con estas formas de vida invasoras incluyen el uso de biocidas, que acarrea todos los inconvenientes de la contaminación ambiental. El proyecto financiado por la Unión Europea AMBIO («Superficies nanoestructuradas avanzadas para el control de las bioincrustaciones») adoptó un enfoque completamente diferente para resolver el problema de la adherencia a las superficies sumergidas. La solución radica en analizar la interacción molecular entre la superficie y el organismo causante del ensuciamiento. Para crear una unión adecuada, el ser vivo debe ser capaz de adherirse físicamente a la superficie y esto implica una interacción molécula a molécula. Si se lograra cambiar la naturaleza de la superficie, se haría imposible dicha unión. Los científicos de AMBIO, un grupo interdisciplinario de expertos en nanotecnología, ciencia de polímeros, ciencia de superficies, tecnología de recubrimiento, hidrodinámica y biología marina, se propusieron desarrollar nuevos recubrimientos que evitasen o redujeran la adherencia de las formas de vida acuáticas. Los científicos desarrollaron un plan de investigación para estudiar, en la nanoescala, las propiedades interfaciales de diferentes superficies y de qué manera se adhieren a las mismas los organismos. El siguiente paso consistió en diseñar y manipular las propiedades de los recubrimientos, muchas de ellas importantes para la adhesión. Entre los principales factores que se consideraron cabe destacar la utilización de superficies antiadherentes, la energía superficial, la carga, la conductividad, la porosidad, la rugosidad, la mojabilidad, la fricción, la reactividad física y química y la compatibilidad con la vida acuática. El conjunto de resultados logrados por AMBIO tiene muchas repercusiones para aquellas industrias relacionadas de algún modo con las vías navegables. Entre las ventajas obvias de los resultados del proyecto hay que destacar el ahorro de combustible en los barcos, que tendrá un efecto en cadena en términos de reducción de los gases de efecto invernadero y de la contaminación causada por biocidas.
