La influencia de la bioenergía en las zonas rurales
Actualmente, la bioenergía representa cerca de dos tercios de todas las formas de energía sostenibles del continente. El proyecto Agrinergy («Políticas de la UE en materia de bioenergía y sus efectos en zonas rurales y en las políticas agrarias») analizó la relación entre las políticas en materia de energía sostenible y el desarrollo de las zonas rurales, prestando una atención especial a la protección del medio ambiente. En conjunto, la labor de análisis de Agrinergy debía identificar sinergias entre la vida en zonas rurales y la bioenergía sostenible con el fin de concretar los elementos fundamentales para el futuro desarrollo de la producción de energía a partir de biomasa en Europa. Además, el estudio se dedicó a examinar si los principios de la producción de bioenergía eran aplicables a países en vías de desarrollo. Los responsables de Agrinergy llevaron a cabo una encuesta en la que integraron los resultados de un taller organizado en el marco del propio proyecto y que trató sobre los vínculos existentes entre las políticas de la UE sobre biomasa, la Política Agrícola Común (PAC), el desarrollo de las zonas rurales y la protección del medio ambiente. En ella participaron representantes de la comunidad científica, autoridades políticas pertinentes y ciudadanos interesados de la población en general. También se indagó en las repercusiones en el comercio internacional. Puesto que una de las prioridades era la difusión de información, se puso en marcha el sitio web http://www.agrinergy.ecologic.eu/index.html donde se ofrece información exhaustiva sobre el proyecto y sus objetivos, talleres y congresos, artículos científicos y resultados. A partir de la encuesta se redactaron tres documentos sobre biomasa, políticas de comercio y sostenibilidad del suministro de bioenergía, documentos que se sometieron a debate en grupos de trabajo. Las políticas de producción de biomasa, tal y como se aplican en Europa, pueden ocasionar efectos devastadores en la población de los países en vías de desarrollo por la dedicación de tierras a la producción de biomasa y no de alimentos. Además, globalmente, la consecuente deforestación puede incrementar la emisión de gases de efecto invernadero, amén del desplazamiento de poblaciones indígenas. Los participantes en los talleres de Agrinergy llegaron a la conclusión de que el comercio de biomasa tiene que resultar beneficioso, no sólo para evitar el cambio climático, sino también para los productores y las sociedades de los países en desarrollo. Por consiguiente, las futuras políticas en materia de producción de biomasa deberían perseguir objetivos socioeconómicos y medioambientales.