La transformación tecnológica y el cuerpo femenino
La tecnología y la ciencia modernas han llegado a influir en el cuerpo humano alterando su apariencia exterior desde su propio interior. A nadie le es ajena la fertilización in vitro, la cirugía plástica o la ingeniería genética. Un punto a tener en cuenta —generado por la excesiva fragmentación del organismo humano que resulta de estas prácticas— ha sido la alteración y la transformación de la idea que se posee del cuerpo femenino y, en consecuencia, la representación del mismo en el cine de arte y ensayo o en el comercial. Este proceso no es nuevo. El realismo grotesco es un estilo expuesto por primera vez por el crítico literario ruso Mikhail Bakhtin (1895-1975) en su estudio sobre el escritor del Renacimiento francés François Rabelois. Su principio básico es que lo noble, ideal y orgánico se degrada hacia lo material y mecanicista y esto influye no sólo en la persona sino en la sociedad en su conjunto. El proyecto Grotesque BODY produjo su investigación a partir del razonamiento de Bakhtin y se ocupó en concreto de las representaciones cinematográficas del cuerpo grotesco femenino. Así, se seleccionaron distintas películas de cara a realizar un análisis comparativo en el que se aplicó conceptos de antropología y semiótica, llevando la teoría feminista a nuevas cotas mediante los estudios cinematográficos y culturales. Los resultados se presentaron en cuatro congresos y simposios y se publicó una monografía sobre representaciones cinematográficas del cuerpo grotesco femenino. Además se ha aceptado para su publicación una monografía en inglés sobre representaciones cinematográficas del cuerpo grotesco que aporta un método de análisis deconstructivista consciente del sexo que puede suscitar el interés de una comunidad más amplia.