La importancia de la respuesta inmune natural a la hora de diseñar nuevas vacunas
El progreso meteórico de la genómica está a punto de provocar un gran salto, impensable hasta hace nada, en la lucha contra enfermedades humanas como la malaria. En este contexto, los socios del proyecto Microbearray dirigieron sus recursos hacia la identificación de proteínas de superficie y secretadas, así como de posibles endotoxinas, a partir de una selección de organismos patógenos de importancia clínica. Los investigadores del proyecto recogieron todo un repertorio de proteínas para producir portaobjetos («slides») sobre los que se generan las micromatrices (o microarrays) de proteínas recombinantes a partir de microbios que incluyen especies de coronavirus, tres bacterias causantes de neumonías (entre ellas la responsable de la enfermedad del legionario) y el parásito que causa la malaria, el Plasmodium falciparum (P. falciparum). La siguiente etapa del proyecto consistió en analizar y comparar la reactividad del suero de individuos previamente expuestos a los patógenos pertinentes frente a los microarrays de proteínas microbianas. De este modo pretendían identificar tanto marcadores de diagnóstico como proteínas recombinantes adecuadas para el desarrollo de vacunas. Junto a este ambicioso objetivo, los científicos de Microbearray desarrollaron una plataforma tecnológica para aprovechar al máximo las posibilidades que ofrecen los microarrays. El kit completo diseñado por el equipo del proyecto incluyó un lector de microarrays, un sistema de alto rendimiento para la producción de proteínas y herramientas para capturar y sintetizar proteínas, así como el software básico. En lo que a la malaria se refiere, los miembros del consorcio analizaron los perfiles de reactividad de los anticuerpos séricos de alrededor de doscientos niños que mostraban diferentes niveles de inmunidad frente un grupo de antígenos recombinantes de la malaria. Como sustrato para el inmunoensayo escogieron la matriz de dieciocho antígenos recombinantes que les pareció más prometedora e, inesperadamente, descubrieron una variación sin precedentes en la reactividad de los anticuerpos frente a los antígenos individuales contra la malaria. Los resultados del proyecto apuntan a que la inmunidad protectora frente la malaria depende mucho más del reconocimiento por parte de determinadas combinaciones de anticuerpos que de los propios antígenos individuales. Gracias a los logros tecnológicos de Microbearray, que permitirán analizar cientos de combinaciones de respuesta antígeno-anticuerpo, los investigadores deberían poder identificar las combinaciones específicas que confieren la inmunidad protectora. La determinación de los perfiles de reactividad de los anticuerpos séricos frente a los antígenos microbianos se puede aplicar no sólo al parásito responsable de la malaria sino a cualquier patógeno del que se conozca la secuencia genómica completa. Por otra parte, los resultados de Microbearray auguran la posibilidad de que disminuyan los costes de los microarrays, lo que pondría dicha tecnología al alcance de empresas comerciales de menor tamaño.