Un suministro energético más seguro para Europa
Hoy en día se utilizan numerosas fuentes de energía; desde las tradicionales, como los combustibles fósiles y la energía nuclear, hasta las alternativas, como la energía solar o eólica. La Organización Europea para la Seguridad (EOS) estableció una alianza con operadores de infraestructuras energéticas cruciales europeas para desarrollar un sistema exhaustivo y unificado de evaluación y gestión del riesgo asociado a toda la cadena de suministro de energía. Reunido en torno al proyecto «European risk assessment and contingency planning methodologies for interconnected energy networks» (EURACOM), que recibió financiación comunitaria, un equipo de científicos creó un marco genérico de identificación de riesgos que incluía herramientas de gestión de evaluación de riesgos (ER) y elaboración de planes de emergencia (PE). Aunque el marco concebido por los artífices de EURACOM está pensado para sectores energéticos específicos subraya las interdependencias entre las distintas redes energéticas, la interoperabilidad de los PE y las estrategias de riesgo compartido para aumentar la seguridad y robustez del suministro de distintos tipos de energía dentro de la Unión Europea. Otro de los objetivos más importantes del proyecto era estimular la comunicación entre agentes europeos implicados en los distintos eslabones de la cadena de suministro para fomentar el desarrollo de políticas comunitaria conjuntas. El equipo puso en marcha una plataforma web de debate y toma de decisiones que previsiblemente fomentará la continuidad y eficacia de las medidas de PE adoptadas en toda la UE. Una de las actuaciones clave de EURACOM consistió en organizar seminarios para validar las metodologías de ER y PE. EURACOM elaboró recomendaciones para la formulación de políticas europeas en materia de seguridad y fiabilidad energética a lo largo de la cadena de suministro y diseñó una metodología genérica de ER y PE para facilitar la valoración de distintas redes energéticas interconectadas. La adopción de estas recomendaciones y procedimientos podría resultar determinante para el desarrollo de redes más seguras y planes de emergencia más eficaces, lo que cobra especial importancia si se tiene en cuenta el drástico aumento del número de ciberataques que sufre el sector energético.
