Un sistema de control aplicable a la producción en almazaras
La extracción de aceite de la oliva es un proceso dotado de considerable variabilidad y muy poco optimizado debido a los múltiples factores climáticos y biológicos involucrados. Las técnicas convencionales no garantizan la extracción completa del aceite debido a la imposibilidad de determinar al momento los efectos que tendrán las decisiones del maestro molinero. Por tanto es preciso contar con un sistema de control que analice el proceso de extracción en tiempo real. Para lograrlo se creó con fondos europeos el proyecto «Development of a novel, cost effective technique to optimise olive oil production» (OLICEMATIC). En este consorcio se dieron cita ocho organizaciones científicas y pequeñas y medianas empresas (PYME) de Europa con la intención de generar un sistema de control automático que vigile parámetros fundamentales necesarios en la optimización de la aceitería. Su labor cubrió dos lagunas del mercado: la necesidad de contar con un sistema de control y con sensores que midan el contenido de agua y aceite en el aceite de oliva y en los subproductos generados en su producción. El sensor de OLICEMATIC se basa en tecnología del espectro infrarrojo próximo (NIR) para detectar de manera ininterrumpida el contenido de aceite y agua en la masa de oliva molturada. El sistema de control procesa la información del sensor mediante modelos informáticos de predicción y algoritmos de optimización de modo que sirva para hacer funcionar las instalaciones de manera automática. En el transcurso de sus actividades, el equipo al cargo desarrolló y comprobó todos los componentes necesarios para el sistema. El sensor NIR resultó eficaz, por lo que se integraron tres modelos diseñados a medida en distintos puntos de una almazara. Además se instaló una red de sensores que aportaban datos sobre las temperaturas de procesamiento y sobre la velocidad de los flujos. Todos los datos se incorporaban a un modelo de almazara capaz de adoptar decisiones y controlar la maquinaria del molino. El sistema al completo se validó a escala industrial en una instalación con capacidad para producir 4 000 kg/h, un prototipo que aún precisará de ajustes con los que mejorar su funcionalidad y reducir sus costes de instalación. El prototipo permitió aumentar la producción en un 1 % y facilitó las labores encaminadas a mejorar la calidad del producto. Además evitó la necesidad de proceder a análisis químicos externos. La optimización del proceso de extracción permite que los alpechines sean más fáciles de reciclar y menos peligrosos. Todos estos factores contribuyen a aumentar la rentabilidad de las PYME europeas.
