Evaluaciones paneuropeas del riesgo sísmico
Las actividades de obtención e interpretación de datos sísmicos dependen en gran medida de las normativas vigentes en cada país. Así pues, es necesario contar con un método cooperativo e integrado que evalúe el riesgo de terremoto con el fin de crear modelos predictivos que aumenten la seguridad de la población y las infraestructuras. Los fondos europeos concedidos al proyecto «Seismic hazard harmonization in Europe» (SHARE) permitieron coordinar recursos, tiempo y capacidades de varios científicos de toda Europa, el Magreb y Turquía (excluyéndose las zonas de Oriente Próximo y el Mar Rojo) expertos en geología, sismología e ingeniería sísmica. En SHARE se ha sacado a la luz una cantidad sin precedentes de recursos gracias a una estrategia en la que se fomentó una labor de colaboración intensa. La estipulación inicial de los requisitos de ingeniería aportó las directrices necesarias para crear bases de datos y seleccionar ecuaciones que predijesen el movimiento del suelo. El equipo al cargo creó un marco de armonización de datos de terremotos y fallas. Su trabajo dio lugar al SHEEC («SHARE European Earthquake Catalogue»), la primera base de datos paneuropea de fuentes sismogénicas y fallas activas de Europa, y al modelo zonal europeo de fuentes de actividad sísmica. El modelo probabilístico euromediterráneo de evaluación del riesgo sísmico (PSHA) se fundamenta en aportaciones sólidas de expertos recabadas mediante distintos procedimientos que parten del seno de la comunidad científica de la región euromediterránea. El modelo se transfirió a la infraestructura computacional de calidad controlada para capacitar la simulación de situaciones de riesgo y generar productos de relevancia europea en el ámbito de la ingeniería. El sistema incluye sesenta mapas diacrónicos de riesgo sísmico de Europa y se basa en el empleo de un sistema de ponderación innovador que representa la relevancia temporal. El PSHA ha mostrado el valor de la cooperación entre regiones europeas y sin duda ha mejorado la capacidad de predecir la actividad sísmica de zonas propensas a terremotos gracias a los corpus de datos armonizados y los controles de calidad, lo cual redunda en una mayor seguridad para la población. En definitiva, se trata de un tesoro que ofrece datos y recursos de libre disposición que estimulará investigaciones nuevas e interesantes que incrementen la precisión y la capacidad predictiva.