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Liikanen promete ayuda de la UE a la revolución de las comunicaciones

La revolución de las comunicaciones en Europa, a pesar del potencial de transformación de la sociedad que encierra, únicamente podrá defenderse si los responsables políticos se mantienen a la altura de los avances que se vayan produciendo en el sector de telecomunicaciones, se...

La revolución de las comunicaciones en Europa, a pesar del potencial de transformación de la sociedad que encierra, únicamente podrá defenderse si los responsables políticos se mantienen a la altura de los avances que se vayan produciendo en el sector de telecomunicaciones, según afirmó el comisario europeo Erkki Liikanen en la conferencia Telecom 99, celebrada en Ginebra el 10 de octubre de 1999. El comisario de Empresa y Sociedad de la Información se refería así a la respuesta de la UE a la vertiginosa evolución de la industria de telecomunicaciones. Según declaró el señor Liikanen, las tecnologías digitales y la liberalización de la política de telecomunicaciones se han reforzado mutuamente en potente combinación, con lo que el sector de telecomunicaciones se ha convertido en una de las industrias con más empuje, factor de crecimiento en el resto de la economía. La sostenibilidad de esta nueva sociedad quedará supeditada a que la UE desarrolle un marco estratégico que favorezca el aprovechamiento industrial de tales oportunidades. El impacto excepcional del sector de telecomunicaciones reside en la contribución que hace a la economía y la sociedad en conjunto, añadió. Somos los testigos y los agentes de la transición de una sociedad industrial, basada en la producción masiva, a una sociedad de la información, marcada por la mundialización y la movilidad. Desde el arranque de la liberalización en 1987, Europa ha visto el florecimiento de las tecnologías de Internet y las comunicaciones móviles; hoy día, la telefonía móvil de tercera generación parece a punto de capitalizar sus primeros éxitos. Me parece una señal positiva que como resultado del proceso IMT-2000 esté asomando la perspectiva de una solución mundial para la tercera generación. Lo cual marcaría un hito, dotado de sustanciales ventajas económicas, no dudó en aseverar. A pesar del éxito cosechado por la liberalización europea, el comisario Liikanen señaló que quedaban tres áreas por atender. Primero, la Comisión y los Estados miembros contemplarán la ejecución de medidas procompetitivas de reducción de las tarifas de líneas arrendadas. En segundo lugar, se revisará la dominación ejercida en las redes de acceso local por un número de operadores titulares, y, por último, se dedicarán sumos esfuerzos a armonizar el grado de competencia entre los Estados miembros. El señor Liikanen se comprometió a reducir las operaciones de servicio para dar rienda suelta a la capacidad innovadora de los operadores, aun garantizándose la protección del consumidor y un nivel mínimo de atención a los grupos menos favorecidos de la sociedad. Este mes la Comisión Europea publicará un documento programático con orientaciones estratégicas destinadas a atender las carencias, declaró. Tras lo cual, invitará a las autoridades nacionales, agentes del mercado y demás partes interesadas a presentar propuestas. En el escenario mundial también se hace sentir la necesidad de la liberalización, y aunque se han anotado puntos a través del GATS y la OMC, el señor Liikanen informó de la voluntad de la Comisión Europea de conseguir más y mejores compromisos por parte de los miembros de la OMC. Asimismo, la Comisión aspira a que el acuerdo de telecomunicaciones se extienda al centenar de miembros de la UIT que aún no lo han suscrito. Rotundo en su afirmación de que no se pueden excluir a los países en desarrollo de las ventajas contempladas, el comisario Liikanen prometió la ayuda de la UE a la formalización en estos países del marco jurídico e institucional necesario para la liberalización. A modo de conclusión, el señor Liikanen formuló una solicitud general. Para conseguir una sociedad de la información mundial, dijo, nos falta adoptar medidas estratégicas audaces. Dejó bien claro que la Comisión Europea está dispuesta a dar esa respuesta e instó a la comunidad internacional a hacer lo propio.

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