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Un estudio revela los efectos del aumento del CO2 en los suelos de los bosques tropicales

A medida que aumentan las emisiones de CO2, es probable que los suelos de los bosques tropicales liberen a la atmósfera una mayor cantidad del carbono que tienen almacenado, según ha revelado una investigación financiada por la UE. En el núcleo de esta espiral de empeoramiento...

A medida que aumentan las emisiones de CO2, es probable que los suelos de los bosques tropicales liberen a la atmósfera una mayor cantidad del carbono que tienen almacenado, según ha revelado una investigación financiada por la UE. En el núcleo de esta espiral de empeoramiento mutuo se hallan los residuos vegetales. Se prevé que la cantidad de residuos vegetales que hay en el suelo de los bosques tropicales aumentará en el futuro como resultado del aumento de los niveles de CO2, la subida de las temperaturas y el cambio en los patrones de las precipitaciones. «Puesto que la caída de hojarasca representa un importante flujo de carbono de la vegetación al suelo, es probable que los cambios en los residuos vegetales tengan consecuencias de gran alcance para la dinámica del carbono almacenado en el suelo», explican los investigadores en el artículo publicado en la revista especializada PLoS One. «Dichas alteraciones del equilibrio del carbono puede que sean especialmente importantes en los trópicos, ya que los bosques tropicales almacenan casi el 30% del carbono almacenado en el suelo de todo el planeta, haciendo de ellos un componente crítico del ciclo global del carbono», añaden. Durante cinco años los científicos observaron los flujos del dióxido de carbono desde la superficie del suelo a la atmósfera en diversas parcelas en un bosque tropical de tierras bajas en Panamá. En algunas de las parcelas se añadían residuos vegetales periódicamente, mientras que en otras se retiraban. Estos flujos de CO2, también denominados respiración del suelo, se producen debido a la respiración de las raíces y a la descomposición de residuos y materia orgánica del suelo causada por hongos, bacterias y otros microorganismos. «Existen importantes conexiones entre los procesos que se producen sobre tierra y bajo tierra y necesitamos entenderlas con el fin de evaluar los efectos del cambio global y los trastornos causados en los ecosistemas naturales por los humanos», comentó la autora principal, Emma Sayer, de la Universidad de Cambridge del Reino Unido y del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales de Panamá. El estudio reveló que un incremento en los niveles de hojarasca conducía a aumentos desproporcionadamente grandes en la cantidad de CO2 liberado a la atmósfera desde el suelo. Los científicos habían previsto un aumento en la respiración del suelo del 9% en las parcelas en las que se había añadido hojarasca. En realidad, la respiración del suelo aumentó un 43%. «Para nuestra sorpresa, las parcelas en las que se añadieron residuos vegetales mostraron aumentos considerablemente mayores de los que se habrían previsto por el aumento de la hojarasca», explicó Jennifer Powers de la Universidad de Minnesota (Estados Unidos). «Sospechamos que este incremento del CO2 en las parcelas en las que se añadieron residuos vegetales se debía a la descomposición de la "materia orgánica antigua del suelo", que fue estimulada por la adición de grandes cantidades de hojarasca nueva.» Los resultados tienen implicaciones para los responsables políticos que piensen en la captura del carbono como una solución parcial para reducir los niveles de CO2 de la atmósfera. «Nuestros resultados sugieren la existencia de unas interrelaciones imprevistas con el ciclo del carbono que deben tenerse en cuenta al tratar de calcular el potencial de la captura del carbono que hay en el suelo», afirmó la Dra. Powers. La financiación de la UE para el estudio provino de una beca internacional Marie Curie de salida a terceros países concedida a Emma Sayer.

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