Skip to main content
European Commission logo print header

Article Category

Contenido archivado el 2023-04-03

Article available in the following languages:

Tendencias científicas: Huesos de dodo para aclarar la ecología de esta ave extinta

Un análisis nuevo de veintidós huesos de dodo ofrece más información sobre la vida de este animal.

Cuando los marineros neerlandeses volvieron por vez primera desde Mauricio en 1598 trajeron consigo las primeras descripciones de un ave grande no voladora, el dodo. La incapacidad de este animal para volar aumentó su vulnerabilidad ante los marinos, que lo cazaban por su carne. Esta situación y la introducción de especies exóticas condujeron a la extinción del ave en 1693. Sus restos, principalmente huesos, se han estudiado con profusión, pero no así su ecología o relación con el entorno, que sigue siendo un gran misterio. Las palomas son los parientes vivos más cercanos de estas aves, pero cuesta imaginarse una de ellas de diez kilos, como pesaban estos animales extintos ya hace mucho tiempo. Ahora, por vez primera, se ha combinado un análisis exhaustivo al microscopio de los huesos del ave con testimonios escritos por marineros de aquella época. Delphine Angst, estudiante de postdoctorado del Grupo de Investigación sobre Paleobiología de la Universidad de Ciudad del Cabo (Sudáfrica), publicó un artículo al respecto en la revista Scientific Reports. El equipo desveló varias facetas de la vida del dodo, como por ejemplo el momento de la puesta de huevos, la rapidez con la que alcanzaban la madurez e incluso que mudaban las plumas cada año. «Antes de nuestro estudio, lo único que se sabía sobre la ecología de estas aves era que parecían una paloma grande [con una masa corporal] de cerca de diez kilos», declaró Delphine Angst. Angst y sus colegas del Museo de Historia Natural de Londres y del Museo de Historia Natural de Tring describen cómo estudiaron al microscopio secciones transversales finas de veintidós huesos de patas y alas de lo que se cree son otros tantos dodos distintos. Los resultados, descritos en un artículo del periódico Guardian (Reino Unido), muestran que al igual que la mayoría de las aves comunes hoy en día, el dodo adulto tenía tres capas de tejido óseo. Pero los ejemplares juveniles, solo dos: «Por vez primera podemos afirmar con toda certeza que estos especímenes eran juveniles, aunque pareciesen adultos dado su tamaño». Parece que los dodos crecían rápidamente. El estudio también mostró que las hembras producían un tipo determinado de tejido óseo al ovular, el cual ejercía como fuente de calcio para la producción de huevos. Según palabras de Angst en Guardian: «Encontramos en nuestras muestras varios especímenes con este tipo concreto de hueso central y por tanto podemos afirmar con toda seguridad que eran hembras y que se encontraban en un ciclo de ovulación, lo cual es muy interesante». Añadió que, en el caso del resto de huesos, sin el tejido adicional, el sexo no quedaba tan claro. Durante mucho tiempo se pensó que las diferencias entre descripciones coetáneas se debían a imprecisiones de los informes, pero los análisis nuevos aclaran la razón de las discrepancias. Las descripciones hacían referencia a distintas fases de la muda del plumaje. Los autores proponen que aquellos que describieron a los pájaros con plumas vellosas los habían visto probablemente justo después de que comenzase la muda, mientras que los que describieron a los dodos con plumas grises o negras los veían entre mudas. Los huesos desentrañaron secretos adicionales que permitieron al equipo describir cuándo era más probable que se produjera la muda. Cuando los recursos son escasos se detiene el crecimiento de la capa externa de los huesos, dejando tras de sí una línea. Los investigadores indicaron que estas líneas aparecen con regularidad, lo que apunta a que el crecimiento interrumpido se debía a causas estacionales. Los autores del estudio afirman que esto podría derivarse de que, durante los meses de verano, de noviembre a marzo, los ciclones y las malas condiciones meteorológicas son frecuentes en República de Mauricio. En declaraciones a la BBC, Angst concluyó: «Resulta complicado determinar el grado de responsabilidad de los humanos si no conocemos la ecología de esta ave ni la ecología de la isla de Mauricio durante dicha época. Este es un paso más hacia la comprensión de la ecología de estas aves y del ecosistema general de Mauricio y para poder decir "cuando los humanos llegaron, qué fue realmente lo que hicieron mal y por qué se extinguieron estas aves con tanta rapidez"».

Países

Reino Unido, Sudáfrica