Nuevos horizontes para la comunicación inalámbrica
La tecnología de comunicación inalámbrica mejora rápidamente y un adelanto reciente se encuentra en el campo de las redes oportunistas. Esta tecnología se basa en el almacenamiento, el transporte y el reenvío de datos a través de nodos móviles que aprovechan canales de comunicación inalámbricos cercanos unos de otros. Una solución de este tipo se sobrepone a las interrupciones que se producen en las comunicaciones inalámbricas, aprovecha la movilidad de los nodos para enviar datos y genera sistemas sólidos ideales en aplicaciones de búsqueda y rescate y en zonas en las que existe sobrecarga o averías en las redes de comunicación. El proyecto financiado por la Unión Europea «Improving the realism of mobility and cooperation models in opportunistic networks» (MOVE-R) investigó la movilidad humana y la cooperación entre dispositivos para ampliar las posibilidades de esta tecnología prometedora. Estudió el movimiento de personas mediante la observación de los patrones de movilidad generados por datos de GPS y redes de móviles. Indagó en los tipos de tráfico que se producen en situaciones concretas como en una misión de rescate en una población remota. Por último, el equipo del proyecto estudió el modo en el que funcionan los dispositivos basados en esta tecnología a través de parámetros como el consumo de energía. Los resultados del proyecto se plasmaron en diecisiete publicaciones y el Grupo de Sistemas de Comunicación del ETH de Zúrich (Suiza). La tecnología posee un gran potencial para el campo de la búsqueda y el rescate, pero además podría facilitar la evaluación del tráfico por carretera a través de señales de móviles, contribuir a la gestión vial y mejorar los planes de urbanismo. Las redes oportunistas podrían por tanto redefinir las comunicaciones inalámbricas y MOVE-R proporcionó un impulso considerable a este campo en evolución.