¿Progreso en la investigación de los efectos de las torres de alta tensión sobre la salud?
Habitar en la cercanía de torres de alta tensión aumenta de forma notable el riesgo de contraer cáncer, según un estudio realizado por médicos de la facultad de medicina de la universidad de Bristol (Reino Unido). Los efectos potenciales sobre la salud de los campos electromagnéticos generados por los cables de alta tensión han sido una cuestión muy controvertida desde hace más de 20 años. Estudios efectuados en Suecia, Alemania y Nueva Zelanda han indicado un posible nexo con el cáncer, mientras que estudios semejantes realizados en el Reino Unido, Noruega, Canadá y los EEUU no han encontrado ninguna prueba de riesgos para la salud. Sin embargo, hasta ahora la mayoría de estudios han investigado las consecuencias directas de los campos eléctricos y magnéticos sobre el cuerpo humano. El tamaño del campo eléctrico está relacionado con el voltaje, y el campo magnético, con la potencia de la corriente eléctrica. Ambos disminuyen con rapidez al aumentar la distancia con respecto a la fuente, y desaparecen aproximadamente a los 100 m. Por el contrario, el estudio aún inédito del Dr. Alan Preece, del departamento de oncología de la universidad, que ha sido comentado en un programa radiofónico de la BBC el 21 de septiembre, sostiene que los cables eléctricos producen efecto incluso hasta los 400 m de distancia. Ha encontrado pruebas de un aumento del 29 por ciento con respecto a la tasa previsible de cáncer de pulmón en personas que viven cerca de torres de alta tensión en el sudeste de Inglaterra. La mortalidad, empero, sólo aparece en aquellas personas que viven en la misma dirección del viento que procede de la torre de alta tensión. Estos hallazgos apoyan la teoría propuesta por el profesor Denis Henshaw, del departamento de física de la universidad mencionada. El profesor Henshaw cree que los campos provocan cambios en las propiedades de las partículas de contaminación existentes en la atmósfera, con lo cual aumenta la probabilidad de que tales partículas se depositen en la superficie de la piel y de los pulmones. No obstante, el Consejo Nacional de Protección Radiológica, organismo oficial del Reino Unido que se encarga de analizar los riesgos de radiación, quitó importancia a dicha teoría, calificándola de "improbable y muy fantasiosa". Por su parte, el Dr. John Swanson, asesor científico de la Asociación de la Electricidad del Reino Unido, ha afirmado que el sector ha dedicado cuantiosas sumas a investigar los efectos de las líneas eléctricas sobre la salud. "Cuando se analiza la totalidad de los estudios, se llega a la conclusión de que es evidente que las líneas eléctricas y los campos que producen no afectan la salud."