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Análisis de la Comunicación de innovación

Se ha dado el pistoletazo de salida: la carrera está puesta para los Estados miembros de la Unión Europea. A competir por el "oro económico". Por primera vez los Estados miembros de la UE, en su búsqueda del éxito económico, están siendo sometidos a una comparación, unos con o...

Se ha dado el pistoletazo de salida: la carrera está puesta para los Estados miembros de la Unión Europea. A competir por el "oro económico". Por primera vez los Estados miembros de la UE, en su búsqueda del éxito económico, están siendo sometidos a una comparación, unos con otros, por medio de un "cuadro de indicadores" de innovación. La carrera ya lleva unos años preparándose. Todo empezó en 1995 con el Libro Verde de la Innovación, que marcó el inicio de un proceso concertado de reflexión entre los Estados miembros en torno a lo que eran los elementos clave de una economía de la innovación y las modalidades de impulso y apoyo que habrían de propugnar tales elementos. Fruto de ello, los Estados miembros ya cuentan todos con una política de innovación. Estudio de caso: Finlandia - Una política activa de innovación por tradición El Consejo finlandés de política científica y tecnológica, con un mandato de tres años, es presidido por el Primer Ministro. Son miembros del Consejo, entre otras figuras, el Ministro de Educación, el Ministro de Comercio e Industria, el Ministro de Hacienda y 10 miembros ajenos al Gobierno tales como representantes de la Academia de Finlandia, la industria y las organizaciones patronales y sindicales. El Consejo dirige la política científica, tecnológica y educativa, y publica cada tres años un informe de estado y documentos programáticos clave, siendo el más reciente el "Examen 2000: El desafío del conocimiento y del conocimiento específico". Tras las numerosas teorías a las que habían dado pie los efectos económicos de la innovación, llegó el momento de actuar. Evidentemente la actuación necesitaba coordinación y debía atender al criterio de representar "buenas prácticas" comprobadas, por lo que en 1996 se estrenaría el Plan de acción para la Innovación a iniciativa de la DG Empresa. El Plan de acción apuntaba las principales áreas que requerían un esfuerzo tanto desde el ámbito europeo como desde el nacional, lo mismo en el sector público que en el privado. No ha faltado actividad desde la puesta en marcha del Plan de acción para la Innovación. Tal ha sido que la Comisión ha compilado hace poco una "Comunicación" oficial al Consejo y el Parlamento Europeo en la que da cuenta de lo logrado y replantea el futuro. Uno de los logros de más calado, dada la complejidad del propio asunto, se ha producido con la reforma de las patentes europeas. Ésta ha sido un frente abierto por dos lados, el jurídico y el administrativo, a lo que cabe sumar otras medidas prácticas tales como los servicios de información y asistencia que ya se encuentran disponibles gratuitamente en Internet. El Santo Grial de una patente comunitaria unificada ya despunta en el horizonte de finales de 2001. Otros sectores, en cambio, han sido motivo de desencanto. En este sentido, el entorno administrativo-normativo sigue siendo excesivamente complejo, lo cual significa que las empresas de rápido crecimiento ("start-ups") e innovadoras lo tienen mucho más difícil que la competencia, esto es, sus homólogas estadounidenses. La Comunicación ha renovado el llamamiento para que los Estados miembros alivien esta carga y ha constituido un grupo de trabajo denominado BEST, encargado de elaborar propuestas concretas sobre esta materia. Mientras los Estados miembros pueden llegar a demorarse en la restricción de los trámites burocráticos, la industria financiera ha tomado conciencia definitivamente del valor de la innovación. La dotación global acumulada por el accionariado privado experimentó un despegue del 25 por ciento en 1999, arrojando la subida de inversiones totales un resonante 74 por ciento. También es de destacar el éxito cosechado a nivel regional, en el que está creciendo rápidamente el número de planes de incubación para "start-ups" y agrupación en el seno de "valles tecnológicos", así como los programas específicos de creación de empresas a partir de ideas de escisión procedentes de la investigación universitaria, tanto la desarrollada por estudiantes como por profesores. Estudio de caso: Portugal - Nueva política de innovación Los países de la cohesión invierten crecientes cantidades de dinero para remediar sus deficiencias estructurales en materia de innovación. Aun cuando los grandes programas marco plurianuales inscritos en los Fondos Estructurales no han perdido un ápice de importancia, cada vez más el enfoque programático viene complementado con incentivos fiscales a la I+D empresarial. En este aspecto, Portugal es un paradigma. Tres nuevos programas puestos en marcha con ayuda de los Fondos Estructurales vendrán a reacondicionar el marco nacional de las políticas científica, tecnológica y de innovación para los próximos años. El conjunto de programas hace especial hincapié en la innovación. El de intervención operativa para la ciencia, la tecnología y la innovación, concretamente, ha sido creado para promover la cultura científica y tecnológica, y la cooperación entre empresas y organizaciones de I+D. Se desglosará en tres subprogramas: formación y cualificación de los recursos humanos en actividades científicas y tecnológicas, desarrollo de sistemas de ciencia y tecnología, e innovación, y evaluación, observación, planificación y seguimiento de las actividades de los diferentes componentes del sistema. Revisando las proyecciones, la nueva Comunicación propone cinco objetivos prioritarios: Coherencia de las políticas de innovación La Unión debe sacar partido de las medidas y planes regionales y comunitarios mediante una coordinación que permita el establecimiento de puntos de referencia para las políticas nacionales y la difusión de las buenas prácticas. Un marco normativo que propicia la innovación Las normas son necesarias, pero una normativa excesiva obstaculiza el desarrollo de las empresas, especialmente el de las innovadoras. Las autoridades públicas cada vez son más conscientes de las ventajas que produce rebajar los costes de la actividad empresarial y simplificar los trámites burocráticos. Fomento de la creación y el crecimiento de empresas innovadoras Europa necesita un entorno más propicio para las empresas de alta tecnología de reciente creación y para la creación y desarrollo de empresas innovadoras en general. Estas empresas dinamizan la economía, pues son pioneras en la introducción de nuevas ideas y de ellas nacerán las empresas en expansión del futuro. No obstante, los obstáculos a su creación y crecimiento siguen siendo mayores en Europa respecto a sus países competidores. Estudio de caso: Austria - Potenciar la financiación de la innovación La financiación de la innovación ha sido siempre una de las virtudes de la política austriaca de innovación. Coexisten tres programas interrelacionados: el programa de capital inicial y "Technologiemarketing Austria" (TecMa), que trabajan en estrecha cooperación, y el programa de jóvenes empresarios de Bürges. Mientras que el programa de capital inicial y Bürges ofrecen servicios de carácter exclusivamente financiero, TecMa presta asesoramiento para la explotación comercial de los resultados de investigación y los inventos. La financiación de "start-ups" guarda además estrecha relación con otros programas de financiación de la innovación tales como el programa general FFF y el programa de tecnología PYME-ERP. Asimismo, las garantías de capital de FGG y el programa "I squared" resultan interesantes para las nuevas empresas de orientación tecnológica. Otro de los objetivos citados hay que verlo en la mejora de interfaces clave en el sistema de innovación Cualquier sector, sea en la industria o en los servicios, de economía tradicional o de "nueva economía", debe intentar aprovecharse de la innovación. Para que esto ocurra, las empresas deben tener acceso al conocimiento, la cualificación, el apoyo financiero, la asesoría y la información de mercado. Sin perder de vista el enfoque sistémico de la innovación, el funcionamiento de algunas interfaces entre empresas y demás agentes de innovación debe mejorar mediante medidas orientadas a estas interfaces. Las conclusiones de Lisboa se centraron especialmente en las interfaces entre empresas y mercados financieros, entre centros de I+D y de formación, y entre servicios de asesoría y mercados tecnológicos. Este objetivo se centra en el buen funcionamiento de estas interfaces para asegurar el filtrado de la innovación a toda la estructura económica y social. Estudio de caso: Reino Unido - El "Teaching Company Scheme" El "Teaching Company Scheme" (TCS - Plan de empresa de formación) se dedica a mejorar el nivel de intercambio entre la enseñaza superior y la empresa y la industria. Hace posible que las empresas echen mano de las habilidades y conocimientos científicos, tecnológicos, de ingeniería y de gestión disponibles en las universidades. Licenciados recién titulados y altamente cualificados trabajan en una empresa por un periodo de dos años, dedicándose a un proyecto vital para las necesidades de la empresa de que se trate, bajo la supervisión compartida del personal académico y de la empresa. El plan se dirige a universidades y compañías con habilidades y necesidades de I+D complementarias. Las PYME totalizan el 90 por ciento de los participantes empresariales. El apoyo financiero se concede en forma de ayuda pública al socio universitario. La empresa contribuye a los gastos directos: una PYME, en su primera participación, pagará por lo general un 30 por ciento de los costes directos, esto es, cerca de 1.000 libras esterlinas por licenciado y por año, mientras que una empresa grande sufragará normalmente el 60 por ciento como mínimo. Se calcula que cada millón de libras esterlinas de ayuda pública invertido en TCS genera 47 puestos de trabajo y 1,3 millones de libras de inversión en grandes instalaciones y maquinaria. Una sociedad abierta a la innovación constituye el último objetivo La innovación es una actividad humana. Cada ciudadano es potencialmente creador, ejecutor y usuario de innovación. Los objetivos citados con anterioridad no se alcanzarán por completo sin una actitud abierta con respecto a la innovación, fundamentada en el conocimiento de las oportunidades y los riesgos. Para que todo esto sea posible es necesario un diálogo abierto entre investigación, empresa, gobierno, grupos de interés y ciudadanía. Estudio de caso: Irlanda - Programa de sensibilización sobre la ciencia, la tecnología y la innovación Esta iniciativa, estrenada en 1996 por un periodo de tres años como respuesta al informe del Consejo consultivo sobre la ciencia, la tecnología y la innovación, y el correspondiente Libro Blanco, ha sido ideada y ha superado su plazo de vigencia para sensibilizar, dar a conocer mejor y ganar el apoyo de las comunidades empresarial y académica, así como del público en general, a la ciencia, la tecnología y la innovación. Se rige por un sistema de premios, concursos y demás actos promocionales, como puede ser la semana nacional de la ciencia en la que se convoca todo un programa de acontecimientos por todo el país. Ya dispone de un presupuesto de 350.000 libras irlandesas anuales. Los cinco objetivos citados anteriormente reflejan las prioridades actuales en la mejora de la innovación en Europa y se ajustan al consenso sobre líneas generales alcanzado en el Consejo Europeo de Lisboa. Por otra parte, la cumbre de Lisboa instó a que se pusiera en práctica un cuadro de indicadores de innovación, esto es, un conjunto de indicadores, de actualización periódica, que mostrara los niveles de innovación de cada Estado miembro en clave a varios factores, y que los comparara con los datos agregados de la UE y de EEUU y Japón. Se trata de que el cuadro de indicadores destaque el grado de consecución del objetivo de mejorar los niveles de innovación. Asimismo, pondrá de relieve las disparidades de innovación que suponen un verdadero peligro para Europa, cuando se observa que algunos Estados empiezan a perder puestos en la carrera de la innovación. Si se deja que siga abriéndose la brecha, los países con peores resultados bien podrían acabar en una posición desde la que no pudieran jamás alcanzar a los líderes. Con la publicación del cuadro de indicadores a modo de registro de estado, cada país verá dónde se sitúa y en qué le conviene multiplicar esfuerzos. Mientras no cabe duda de que es trascendental el papel de la DG Empresa en el proceso de sensibilización sobre la innovación y coordinación de medidas, otros factores vienen a sumarse a la presión ejercida sobre los Estados miembros para que fomenten la innovación. La competencia mundial y la emergencia de la economía del conocimiento han puesto de manifiesto la necesidad de sustentar la competencia en la innovación y el cambio. A través de su programa de Innovación-PYME, la DG Empresa se propone no dejar de insistir en que todavía queda mucho por hacer.

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