Evaluación de las toxinas de las cianobacterias en la sangre humana
Las cianobacterias provocan problemas ecológicos y sanitarios en la mayoría de los sistemas acuáticos donde crecen de forma descontrolada originando floraciones tóxicas, alterando así el hábitat natural de muchos organismos. No obstante, apenas se sabe cuán expuestas a las toxinas se encuentran las poblaciones humanas que entran en contacto con las floraciones tóxicas. Los seres humanos están expuestos a la microcistina y sus efectos principalmente durante las explosiones demográficas de cianobacterias a través de la ingesta o el contacto con agua, alimentos o aerosoles contaminados. Los científicos necesitan comprender mejor los fenómenos físicos y fisiológicos que rigen la formación de las floraciones tóxicas y la producción de toxinas a fin de determinar precisaron precisión la exposición humana. Esto es especialmente relevante para las comunidades humanas asentadas cerca de masas de agua que experimentan proliferaciones tóxicas como, por ejemplo, la población del dique San Roque, en Argentina. Los investigadores del proyecto financiado por la Unión Europea MEAT (Microcystin exposure associated toxicity) han estudiado cómo las cianobacterias forman floraciones y producen la toxina microcistina. Para tal fin, el equipo de MEAT llevó a cabo experimentos de campo destinados a cuantificar la concentración de toxina microcistina en diferentes muestras de agua . Los investigadores de MEAT estudiaron los umbrales y los factores que afectan a la concentración de microcistina empleando diferentes técnicas in situ, incluyendo técnicas moleculares, inmunológicas y químicas así como métodos cuantitativos físicos y geoquímicos. Empleando un modelo hidrodinámico y un modelo ecológico, los investigadores realizaron predicciones de la concentración de toxinas gracias al estudio del movimiento del agua en condiciones naturales. Los resultados del estudio revelaron que la concentración de toxinas varía mucho en las diferentes localizaciones de una misma floración. Además, el equipo de MEAT descubrió que en peces la capacidad de transporte de las toxinas varía según la especie. Los investigadores recolectaron muestras de agua, alimentos y sangre humana en Argentina y Uruguay para comenzar la evaluación y el control del riesgo a la exposición a toxinas de cianobacterias. Estos desarrollaron y optimizaron herramientas y métodos analíticos para determinar las concentraciones de las toxinas en muestras de sangre humana procedentes de bancos de sangre. Los resultados de este proyecto tienen una gran importancia para la evaluación del riesgo y la comprensión de la exposición a toxinas en poblaciones locales. Argentina y Uruguay contribuyen activamente al trabajo de MEAT ya que estos países afrontan un problema muy serio de exposición a cianobacterias.