Byrne expone un enfoque radical acerca de la seguridad de los consumidores de sustancias modificadas genéticamente
El Comisario de Sanidad y Protección del Consumidor, David Byrne, afirmó que garantizar la seguridad de los consumidores de sustancias modificadas genéticamente era decisivo para la aceptación pública del uso de la biotecnología en el sector agroalimentario. El 11 de septiembre, en la presentación de las propuestas de la Comisión referentes a la reglamentación de alimentos y piensos modificados genéticamente, el Comisario Byrne dijo: "En la mente de los europeos la seguridad es el ingrediente más importante de su alimentación. Llegar a un compromiso sobre la seguridad alimentaria no es el camino a seguir." Expuso que "un alto nivel de protección, la capacidad de elección de los consumidores, y procedimientos de autorización transparentes, uniformes y eficientes constituyen elementos decisivos para fomentar la aceptación social y la confianza en la aplicación de la biotecnología a alimentos y piensos." El Sr. Byrne afirmó que las propuestas de la Comisión indicaban un enfoque radical del tema de la seguridad de la modificación genética: "El propósito del etiquetado no consiste en informar al consumidor acerca de la seguridad o la falta de seguridad de un alimento: si un alimento es inseguro no puede venderse en el mercado. No se trata de permitir que esté en el mercado, sino de advertir de un riesgo potencial al consumidor." Las propuestas de la Comisión garantizan la seguridad de las sustancias modificadas genéticamente desde la explotación agrícola hasta la mesa, imponiendo el etiquetado obligatorio de todos los alimentos producidos con organismos modificados genéticamente (OMG) -con independencia de que el ADN o la proteína modificados genéticamente sean detectables en el producto final- y de todos los piensos modificados genéticamente. Añadió, asimismo: "Quiero que los consumidores europeos dispongan de una opción muy sencilla: elegir entre comprar o no comprar alimentos producidos con un OMG." El Comisario Byrne expuso dos principios clave subrayados por las nuevas propuestas: que los alimentos y piensos modificados genéticamente no deben confundir al consumidor o al usuario, y que no deben diferir de sus equivalentes naturales de un modo que reduzca las ventajas nutricionales para los consumidores o los animales. La propuesta también expone que los OMG susceptibles de ser empleados como alimentos y como piensos deben autorizarse para ambos usos, o deben prohibirse del todo. El Sr. Byrne negó que las nuevas propuestas de etiquetado lleven a un incremento de costes. Dijo que el régimen actual de etiquetado del ADN y de las proteínas no llevó a un aumento de los costes cuando se introdujo en 1997, a pesar de los ominosos augurios que se formularon. El Comisario Byrne también describió el papel que desempeñará en las nuevas reglamentaciones la propuesta Autoridad Alimentaria Europea (AAE), que entrará en funcionamiento el próximo año. Dijo que la AAE se responsabilizará de llevar a cabo la evaluación científica del riesgo de los OMG. Las decisiones posteriores de la UE con respecto a la autorización de los alimentos y piensos modificados genéticamente se tomarán sobre la base del dictamen científico de la AAE. La propuesta incluye asimismo la creación de un registro comunitario público de alimentos y piensos genéticamente modificados. Afirma que las autorizaciones se limitarán a 10 años, renovables a continuación durante otro período de la misma duración. El Comisario Byrne afirmó que estaba trabajando en propuestas similares para el sector de las semillas, con objeto de completar el cuadro acerca de la seguridad de la modificación genética.