El proyecto Galileo se ve afectado por las dificultades de financiación
El futuro del programa Galileo de navegación por satélite Galileo está envuelto en incertidumbres después de la reticencia de los ministros de la UE a comprometer la financiación necesaria para el plan en una reunión del Consejo de Transportes el 7 de diciembre en Bruselas. Seis ministros de los Estados miembros manifestaron en el Consejo su deseo de esperar tres meses más antes de tomar la decisión de aportar los 450 millones de euros necesarios para financiar el arranque del proyecto, considerado como la respuesta de Europa a los sistemas de navegación por satélite militares y civiles de Rusia y EEUU, Glonass y GPS. El coste global del proyecto podría elevarse a 3.000 millones de euros, y la Comisión Europea y la Agencia Espacial Europea (AEE) tendrían que aportar los primeros 1.250 millones de euros. Si sigue adelante, la finalidad es colocar 30 satélites en órbita a 23.000 km de la Tierra en 2007. La Comisaria de Transportes y Energía, Loyola de Palacio, dijo que "sin un rápido acuerdo sobre su desarrollo, el proyecto Galileo quedará en agua de borrajas." Ella había pedido que los 15 Estados miembros de la UE llegasen a una decisión clara a finales de año. La Sra. de Palacio recalcó los beneficios potenciales del programa que, según dijo, daría unos beneficios de 17.800 millones de euros con una inversión de sólo 3.900 millones de euros. Aunque la mayoría de los Estados de la UE están, en principio, a favor de Galileo, que permitiría una mayor independencia política de la UE, además de beneficios tangibles para los transportes, la industria y las comunicaciones, se está comprobando que los enormes compromisos financieros exigidos por el programa (220 millones de euros anuales) representan un factor disuasorio para determinados países. Algunos Estados miembros están preocupados por la falta de garantías de inversión del sector privado con respecto a la iniciativa. En una resolución del Parlamento Europeo sobre Galileo que se aprobó el pasado mes de octubre, el Parlamento expresó preocupación acerca de la viabilidad financiera del proyecto. Los eurodiputados pidieron mayor claridad y seguridad acerca de la financiación del sector privado, con objeto de garantizar que los Estados miembros no tuviesen que sufragar los déficits financieros. A pesar de un estudio independiente dirigido por PriceWaterhouseCoopers, que extraía la conclusión de que el proyecto estaba justificado desde el punto de vista financiero y generaría considerables beneficios económicos, algunos Ministros de la UE continúan poniendo en tela de juicio el ratio coste-beneficio del programa. La Comisaria de Palacio afirmó que el asunto se trataría ahora en la próxima cumbre de la UE en Laeken (Bélgica) el 14 y el 15 de diciembre. El proyecto necesita una aprobación unánime para seguir adelante.