La investigación en alimentación transgénica podría tener un papel en la lucha contra el hambre en el mundo
La investigación en alimentos modificados genéticamente podría plantearse mejor para ayudar a los que más los necesitan. Así se ha dicho en una reunión de la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO), convocada en Roma (Italia). En la manifestación, celebrada entre los días 10 y 13 de junio, se hizo hincapié en la marcada infradotación de la investigación agrícola que beneficiara a pequeñas explotaciones de los países en desarrollo. Y es que en estos países menos del 0,5 por ciento del valor de la producción agrícola se invierte en investigación agraria, cuando en los países desarrollados el esfuerzo inversor se sitúa entre el 2 por ciento y el 5 por ciento del citado valor. En una declaración suscrita en la manifestación se invita a la FAO, y a los institutos internacionales de investigación, a potenciar la investigación agrícola y la investigación en nuevas tecnologías, incluida la biotecnología. Como medida de cautela la ciencia y la tecnología que se investiguen deberán ser objeto de pruebas transparentes y dirigirse a mejorar la productividad agrícola de los países en desarrollo. La declaración final de la sesión de Roma reconoce que en la lucha contra el hambre los esfuerzos han sido insuficientes para alcanzar el objetivo de reducir en el 50 por ciento, antes de 2015, el número de personas hambrientas, tal y como se estipuló en la reunión de 1996. La declaración prevé una posibilidad de atajar el problema materializándose nuevas líneas de investigación biotecnológica en el uso responsable de iniciativas de alimentación transgénica.