Reservas en el Parlamento Europeo acerca de las normas y normativas de transgénicos
El 2 de julio, en el transcurso de las deliberaciones en torno a dos informes sobre OMG (organismos modificados genéticamente), los eurodiputados mostraron reservas sobre los aspectos de aportación científica, normas comerciales, elección del consumidor y biodiversidad. Los debates giraron alrededor de un informe de Antonios Trakatellis sobre un Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo relativo a la trazabilidad y el etiquetado de OMG, y a la trazabilidad de alimentos y piensos producidos a partir de OMG, y otro informe de Karin Scheele referente a la propuesta de Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo sobre alimentos y piensos modificados genéticamente. Antonios Trakatellis tachó de insuficientes las pruebas recogidas en la propuesta de la Comisión y se mostró partidario de un análisis científico claro de los productos derivados de OMG. También advirtió de la ausencia de un protocolo internacional que obligara a los países extracomunitarios a notificar la presencia y utilización de OMG en los procesos de producción. En tales circunstancias, según señaló Trakatellis, se da pie a casos de fraude y distorsión del mercado. Le parece que la propuesta de la Comisión necesita modificarse antes de transmitirla al Parlamento. Karin Scheele se mostró más conforme con la segunda propuesta de la Comisión, abogando por reducir el umbral de OMG en alimentos y piensos del 1 por ciento al 0,5 por ciento. Destacó la trascendencia de la elección del consumidor en el momento de comprar alimentos transgénicos. Los eurodiputados pasaron a contrastar las opciones de etiquetado "Libre de organismos modificados genéticamente" o "Este producto contiene ingredientes modificados genéticamente". En opinión del eurodiputado danés Torben Lund, el etiquetado libre de organismos transgénicos es insuficiente, al revés de lo que piensa el belga Dirk Sterckx. Jonas Sjöstedt, de Suecia, sintió preocupación por que los avances en el ámbito de los transgénicos se ambientaran en un grupo muy restringido de organizaciones internacionales, no siempre movidas por los mejores intereses del consumidor. El italiano Mauro Nobilia, en cambio, señaló la necesidad de la definición de normas claras en la UE de tal forma que no se vulneraran los procedimientos de la Organización Mundial del Comercio. Asimismo preconizó la conservación, por un periodo mínimo de 10 años, de registros sobre la transferencia de OMG en la cadena alimentaria. Chris Davies, del Reino Unido, no consideró un problema la lenta introducción de los productos transgénicos siempre y cuando los consumidores fueran favorables a los OMG.