Consulta sobre la dedicación de los investigadores a las cuestiones éticas
En los comités éticos, conviene convocar, junto con otros ciudadanos, a los investigadores para que debatan la falta de interés por las cuestiones éticas. Ésta es una de las opiniones expresadas entre las respuestas a la consulta pública sobre biotecnología que publicó la Comisión Europea en septiembre de 2001. La consulta, que se extendió hasta noviembre de 2001, se apoyó en un documento en el que, además de recogerse los aspectos más destacados de la biotecnología, se solicitaban comentarios y opiniones. Este ejercicio se inscribió en una amplia consulta pública organizada para preparar la Comunicación "Ciencias de la vida y biotecnología - Una estrategia para Europa", aprobada en enero de 2002. Por aplastante mayoría, los comentarios abundaron en el sentido de una mayor atención a los aspectos éticos en la investigación biotecnológica, mediante interconexión europea de las instancias éticas nacionales. A la idea de que los investigadores participaran en comités éticos para afrontar la aparente falta de interés por estas cuestiones se sumó la recomendación de que las empresas privadas crearan comités éticos y alentaran una gestión ética. Hubo quien se mostró partidario además de que se incrementara el papel del Grupo Europeo de Ética. Se escucharon voces a favor de que el grupo ejerciera la única referencia en cuestiones éticas para el conjunto de las instituciones europeas y de que lo integraran representantes elegidos, encargados de la celebración del debate público y el examen de las tendencias de la opinión pública. Algunos, sin embargo, advirtieron de los efectos contraproducentes de la ampliación excesiva de la función del grupo. La evaluación del riesgo despuntó entre los aspectos determinantes del debate sobre biotecnología. Hubo quienes abogaron por acrecentar la evaluación del riesgo en los futuros avances en ciencias de la vida y biotecnología, aplicándose un planteamiento multidisciplinario de ámbito europeo para atender la problemática del riesgo y contándose con el importante papel de la Comisión. Se preconizó además la constitución de un grupo consultivo para la evaluación de biotecnologías y un comité director encargado de la formulación de propuestas y recogida de información. Del debate se desprendió igualmente la propuesta relativa a la creación de un consejo europeo de investigación básica. También se recomendó más coordinación de las iniciativas nacionales y regionales de financiación de la investigación, atendiendo a que los programas europeos suman apenas entre el cinco por ciento y el 10 por ciento de todos los programas de investigación en Europa. Por lo demás, se criticaron algunos elementos de la Directiva 98/44, que protege invenciones biotecnológicas. Se expresó preocupación por la falta de claridad sobre lo patentable, mientras algunos mostraron su alarma ante el riesgo de que las patentes "genéricas" redujeran la investigación a nuevos métodos de diagnóstico y tratamiento. La Comisión tiene ahora la intención de celebrar en el ámbito europeo consultas interinstitucionales en torno a cuestiones éticas y evaluar el papel, la composición y los métodos de trabajo del Grupo Europeo de Ética.