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La contaminación atmosférica sobre el Mediterráneo podría provocar sequías

Un equipo de científicos europeos e internacionales dirigidos por el Instituto Max Planck de química ha descubierto sorprendentes indicios de niveles altos de contaminación sobre el mar Mediterráneo. Los investigadores creen que la presencia de concentraciones altas de aeros...

Un equipo de científicos europeos e internacionales dirigidos por el Instituto Max Planck de química ha descubierto sorprendentes indicios de niveles altos de contaminación sobre el mar Mediterráneo. Los investigadores creen que la presencia de concentraciones altas de aerosoles, principalmente partículas de sulfato y de hollín, en la troposfera situada encima del Mediterráneo, inhibirá los niveles de evaporación y reducirá la cantidad de precipitaciones en el Medio Oriente y África del Norte. Los integrantes del estudio sobre oxidantes intensivos del Mediterráneo (MINOS) utilizaron las medidas obtenidas en los vuelos de investigación y en una estación terrestre de Creta para analizar los niveles de contaminación de la troposfera situada encima del mar. La troposfera es la capa de la atmósfera de la Tierra que va desde la superficie hasta una altitud de entre 11 y 15 kilómetros, y es donde se originan las condiciones climáticas y se forman las nubes. El estudio midió las condiciones atmosféricas durante un periodo de seis semanas en el verano de 2001. La cantidad más significativa de contaminación se descubrió en la franja inferior a los cuatro kilómetros y está causada por la actividad industrial, el tráfico, la agricultura y la combustión interna de Europa Occidental y Oriental. Este es el tipo de contaminación principal responsable de la proliferación de partículas microscópicas de aerosoles. En altitudes superiores, los resultados apuntan a que una importante parte de la contaminación presente había procedido de Norteamérica y de Asia. Este tipo de contaminación no es transportada ni por los imperantes vientos del Oeste, ni por la corriente de chorro tropical de los vientos del Este. La buena noticia es que las concentraciones de aerosol hoy en día son muy inferiores a las de hace dos décadas, debido a las medidas diseñadas para frenar la acidificación de la atmósfera. Es probable, por lo tanto, que los efectos climáticos de la contaminación causada por los aerosoles estén disminuyendo.

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