Europa en primera línea de la investigación polar ártica
Europa está brindando perspectivas sobre la historia del clima y se encuentra en vanguardia de la investigación polar. Se llegó a este consenso cuando la Comisión Europea expuso los proyectos polares de la UE el 28 de febrero en Bremerhaven (Alemania). La presentación de los proyectos de investigación polar de la UE coincidió con la partida de científicos de estos proyectos hacia otra expedición investigadora a bordo del Polarstern, buque rompehielos de doble casco dedicado a la investigación. "Europa se encuentra en primera línea de las actividades internacionales de investigación polar. Los Polos Norte y Sur son indicadores únicos acerca de los procesos de cambio, y por lo tanto, la investigación polar es un elemento clave en nuestro esfuerzo general de investigación sobre el cambio climático global," afirmó el Comisario de Investigación de la UE, Philippe Busquin. Un ejemplo de la importancia europea en este campo es el proyecto de perforación del hielo en la Antártida (EPICA), que ha obtenido hielo situado a una profundidad superior a los 3.000 metros, cercano al lecho de roca. Este hielo tiene aproximadamente 800.000 años de edad. Se cree que en el hielo hay información referente a la manera en que evolucionó nuestro clima en el pasado. EPICA tiene 13 socios de ocho países de la UE, Noruega y Suiza, y su presupuesto total es de 7.060.000 euros. Está coordinado por la Fundación Europea para la Ciencia (FEC), y lo financia la UE en virtud del programa Energía, medio ambiente y desarrollo sostenible (EESD) del V Programa Marco. Se han llevado a cabo otras iniciativas de investigación dedicadas a la perforación del hielo en todo el mundo, pero EPICA aporta el hielo más antiguo que se ha encontrado jamás en la Antártida. Este hallazgo constituye un "hito" de la investigación científica en este campo, y se espera que mejore la comprensión de los científicos acerca del actual cambio climático global y sirva para predecir futuros cambios, según indicó a Noticias CORDIS Heinz Miller, coordinador de EPICA. El Sr. Miller afirmó que se espera que el resultado final del descubrimiento ayude a configurar la política ecológica de Europa. El equipo de EPICA también trabaja en estrecha unión con otros proyectos de investigación polar, por ejemplo el proyecto de la UE de simulación de capa de hielo ártico (AICSEX), que emplea una perspectiva a escala de siglos para evaluar los cambios en el sistema del clima ártico. El AICSEX también está financiado por el programa EESD del VPM, participan en él siete socios de la UE y Noruega, y tiene un presupuesto total de 2.420.000 euros. Los científicos del AICSEX han analizado recientemente la capa de hielo del océano Ártico, y han establecido que en los últimos años del siglo pasado se han producido cambios significativos. Estos cambios han provocado una disminución del 8 por ciento del área de hielo en los últimos 20 años, lo cual es comparable a la superficie de Francia. Sin embargo, si bien los anteriores períodos de calentamiento (1920-1940) y enfriamiento (1940-1960) en el Ártico fueron causados por fluctuaciones naturales en el sistema climático, "creemos que existen pruebas contundentes de que la tendencia al calentamiento y la disminución de la superficie del hielo en los últimos 20 años no pueden explicarse únicamente mediante procesos naturales," manifestó Ola Johannessen, coordinadora del AICSEX. Hablando con Noticias CORDIS, la Sra. Johannessen añadió que era esencial evaluar todas las observaciones disponibles sobre el hielo en el océano Ártico durante los últimos cien años, con el fin de validar los modelos climáticos de predicción en este siglo. Tales predicciones indican que podría tener lugar una reducción del 80 por ciento de la cubierta de hielo en los meses de verano y al final de este siglo mientras sólo podría reducirse un 20 por ciento en el invierno. Los resultados del proyecto señalan que estos desarrollos podrían tener impactos tanto positivos como negativos en el clima. Por ejemplo, la sustitución de la capa de hielo por agua fría, que posee una elevada capacidad de absorción de dióxido de carbono (CO2), podría crear un nuevo vertedero para el CO2 atmosférico. De igual modo, la disminución de la capa de hielo beneficiaría el transporte marítimo y proporcionaría una logística más fácil y más segura en las explotaciones petrolíferas de la plataforma marina en la región ártica. Los caladeros de pesca en las regiones antes cubiertas de hielo podría potencialmente contribuir positivamente a la producción de alimentos. Sin embargo, la fusión del hielo también provocaría la disminución del plancton, y por consiguiente, tendría un efecto negativo sobre la biodiversidad marina de la zona. Además, una reducción drástica del hielo afectaría el transporte de calor a través de la corriente del Golfo y del Atlántico norte, lo cual, según se cree, provocaría consecuencias significativas sobre el clima de Europa.