Se pide en el Consejo de Competitividad un plan de acción sobre el espíritu empresarial
Durante el debate público del Consejo de Competitividad celebrado el 3 de marzo, los ministros y representantes de los Estados miembros pidieron a la Comisión que elaborara un plan de acción destinado a las PYME. En la reunión, que estuvo presidida por el señor Apostolos Tsochatzopoulos, ministro griego de Desarrollo, los ministros elogiaron unánimemente el Libro Verde de la Comisión "El espíritu empresarial en Europa" y la Carta europea de las pequeñas empresas, además de declarar que estas iniciativas no sólo promoverán el espíritu empresarial, sino que también contribuirán a mejorar las condiciones de operatividad de las pequeñas y medianas empresas (PYME). Sin embargo, como se había pedido, los ministros señalaron también las áreas en las que la Comunidad y los Estados miembros deben mejorar sus contribuciones a fin de garantizar la coherencia necesaria entre el espíritu empresarial y la política de las PYME. Atzo Nicolaï, secretario de Estado holandés para Asuntos Europeos, planteó que, al estar el Libro Verde dividido en medidas a corto y a largo plazo "podemos analizar un objetivo diferente [cada año]. Por ejemplo, el primer año, podríamos analizar las cargas administrativas que tienen que soportar las empresas o podríamos también hablar sobre los costes de las disposiciones legales." Como afirmó el señor Nicolaï, el Consejo de Competitividad desempeña un papel vital en la coordinación de un enfoque consistente acerca de estos temas. En relación con la aplicación de la Carta de las pequeñas empresas, el señor Nicolaï declaró que mientras que era esencial debatir la puesta en práctica de nuevas medidas, también era necesario continuar evaluando las prácticas anteriores. De hecho, Mary Harney, la ministra irlandesa de Empresa, Comercio y Empleo, manifestó igualmente la necesidad de comprender mejor las experiencias pasadas, sobretodo las relacionadas con los fracasos en las empresas: "Aunque siempre es bueno celebrar un éxito, para crear un entorno adecuado debemos comprender el fracaso." La señora Harney añadió que "muchas empresas de capital riesgo [...] no darán dinero a las personas que crean su primera empresa porque consideran que existe una alta probabilidad de que fracasen." Para garantizar el índice de supervivencia entre las pequeñas empresas, la señora Harney sugirió que los Estados miembros adoptasen un papel líder para "fraguar la colaboración necesaria entre el sector empresarial y el educativo y, entre otras áreas, vinculando al capital con ideas, enlazando la innovación con el espíritu empresarial." Sin embargo, según el ministro federal de Asuntos Económicos y Trabajo de Austria, Martin Bartenstein, depende de las Direcciones Generales de Empresa y de Educación el proporcionar el modelo correcto de marco legislativo que podría fomentar el aprendizaje permanente y la formación a nivel nacional. Tanto si es a nivel nacional como europeo, "si podemos construir un entorno de apoyo que valore y promueva la innovación, sin duda alguna ello originará talento y energía empresarial", añadió la señora Harney. Esta opinión fue compartida por Patricia Hewitt, ministra británica de Comercio e Industria, quien destacó el papel crucial que tienen que desempeñar las pequeñas y medianas empresas en el crecimiento futuro del empleo: "Con mayor frecuencia, la innovación surge de las pequeñas empresas, pueden desenvolverse con mayor rapidez y responder a las nuevas tecnologías y a los cambios de comportamiento de los consumidores," indicó la señora Hewitt. No obstante, según la ministra británica, se necesitan más esfuerzos para garantizar el crecimiento de las PYME y del espíritu empresarial en todas las comunidades: "Las comunidades menos favorecidas son las que tienen un nivel de espíritu empresarial más bajo, por lo que nos atrevemos a afirmar tanto que la justicia social y la reforma económica van parejas." La señora Hewitt pidió también mejores disposiciones reglamentarias para las PYME, y añadió que "las pequeñas empresas que no tienen responsables de salud y seguridad corren el peligro real de encontrarse en desventaja ante una legislación mal elaborada e innecesariamente compleja," una apreciación que fue refrendada más tarde por Erkki Liikanen, Comisario de Empresa y Sociedad de la Información. En un intento por aportar sugerencias más concretas sobre las medidas de la Comisión, la señora Hewitt mencionó el proyecto de documento recientemente elaborado por el Reino Unido y Francia, en el que se presentan una serie de ideas para llevar a cabo un plan de acción sobre el espíritu empresarial. El plan de acción común fue definido también por Renaud Dutreil, el secretario de Estado francés del ministro de Asuntos Económicos, Economía e Industria, quien aludió a la celebración de una jornada europea del espíritu empresarial y a la mejora del proceso de consulta con los órganos representativos de las PYME, así como al desarrollo de estudios comparativos y un mejor acceso a los contratos de adjudicación pública. Las apreciaciones hechas por Francia y Reino Unido fueron refrendadas por varios ministros asistentes, incluido el ministro de Acción Económica de Portugal. El señor Tavares destacó la necesidad de una acción decisiva y rápida y pidió a la Comisión que presentara un plan de acción contundente para finales de 2003. En respuesta a las peticiones de un plan de acción, el señor Liikanen concluyó afirmando que "la Comisión está preparada para elaborar un plan de acción una vez que se haya completado la consulta pública."