El efecto de los castores sobre el salmón y la trucha Los castores tienen la reputación de ser los ingenieros del reino animal, ya que construyen presas en los ríos y así forman masas de agua profundas y tranquilas. Limnólogos norteamericanos y europeos examinaron el efecto que tienen las actividades de estos roedores semiacuáticos en poblaciones piscícolas de interés económico. Cambio climático y medio ambiente Alimentos y recursos naturales © Eva B. Thorstad La reintroducción del castor euroasiático (Castor fiber) constituye uno de los mayores éxitos dentro de los esfuerzos de conservación en Europa, aunque es motivo de preocupación debido a su potencial influencia sobre la producción de salmón atlántico (Salmo salar) y trucha común (Salmo trutta). Estas dos especies piscícolas constituyen un importante recurso recreativo, ecológico y económico, ya que el valor de un único salmón y una sola trucha se estima en 4 273 y 593 euros, respectivamente, incluyendo los valores de los activos de capital. Los castores podrían afectar a las poblaciones de salmón atlántico y trucha común mediante el represamiento de los ríos y la alteración de la calidad de los hábitats de agua dulce empleados para el desove y la cría de estas dos especies piscícolas. Sin embargo, apenas existen estudios centrados en esta cuestión, por lo que se dispone de muy poca información con respecto a la mejor forma de gestionar las poblaciones crecientes de castores. Esta falta de conocimientos fue abordada por el proyecto financiado por la Unión Europea SALMONDAM, que estudió sitios similares con y sin castores en diferentes ríos noruegos. Los investigadores caracterizaron el hábitat, muestrearon las comunidades piscícolas y cuantificaron la disponibilidad de presas para determinar si la presencia de presas construidas por castores alteraba el uso del hábitat, el crecimiento y el movimiento de los juveniles de trucha común y salmón atlántico. Para cuantificar la distribución de los peces, la composición de especies y las dinámicas poblacionales se llevó a cabo un estudio de captura-marcaje-recaptura empleando distintas técnicas de muestreo como la pesca eléctrica y las nasas de doble embudo. Además, los peces capturados se marcaron de forma individual con transpondedores para monitorizar sus movimientos dentro y fuera de las presas de los castores. Los resultados señalaron que, a pesar de las diferencias en el uso del hábitat, la presencia de castores no afectaba al crecimiento o la condición corporal de los juveniles de trucha común y salmón atlántico. Además, las presas y los estanques creados por los castores no impedían el desplazamiento aguas arriba o aguas abajo de los juveniles de estas dos especies. Aunque las presas parecen barreras infranqueables, los sistemas de corrientes y las represas cambian constantemente, proporcionando así múltiples oportunidades para el desplazamiento de los peces, especialmente tras episodios de lluvias torrenciales. Dado que las presas construidas por los castores no impedían totalmente el desplazamiento y el uso de otros hábitats aguas abajo y/o aguas arriba de los estanques, el equipo de SALMONDAM concluyó que la presencia de estas estructuras en el paisaje del centro de Noruega tiene un bajo potencial de impacto negativo sobre las poblaciones de salmónidos. Palabras clave Presas, castor euroasiático, salmón atlántico, trucha común, SALMONDAM
