Un estudio revela los factores de equilibramiento que hay detrás de la fuga de cerebros...
Un estudio piloto apoyado por la Comisión Europea ha llegado a la conclusión de que el acceso al equipamiento científico y a la tecnología es uno de los principales factores que influyen en la movilidad de los investigadores y, por consiguiente, en la fuga de cerebros. El estudio recogió las respuestas de los investigadores con un historial de movilidad en Italia y Hungría, y de miembros de la AAAS (American association for the advancement of science). Las respuestas a los distintos cuestionarios coincidieron entre sí, poniendo de manifiesto diversos factores de "equilibramiento" que afectan la decisión de los investigadores de trasladarse a un país extranjero o volver a su país de origen. Aunque el equipamiento científico y el acceso a la tecnología fueron mencionados como un elemento que potenciaba el traslado de investigadores extranjeros a Italia, y de investigadores nacidos en la UE a EEUU, los niveles salariales no fueron considerados como un factor importante. Lo sorprendente, según una de las coordinadoras del proyecto, Wendy Hansen, era en particular que los europeos estaban dispuestos a trasladarse muy lejos, y que muchos de ellos no pensaban volver a su país. La Sra. Hansen también destacó el efecto relativamente secundario que tiene para los investigadores europeos en el extranjero el hecho de tener hijos, en comparación con los investigadores estadounidenses en el extranjero. Si bien muchos estadounidenses tomaban en consideración el regreso a su país a esta altura de su vida, "los europeos se encuentran bien en cualquier lugar del mundo," comentó la Sra. Hansen a Noticias CORDIS. La Sra. Hansen también se declaró "conmocionada" por el hecho de que, según los resultados, las mujeres continúan eligiendo entre una carrera y una familia. El estudio mostró que las mujeres poseen mucha menos movilidad internacional en comparación con los hombres. Las barreras administrativas o burocráticas continúan siendo problemáticas por lo que respecta a la movilidad, y ello ocurre en Europa en mayor medida que en EEUU. Sin embargo, algunos países han comenzado a introducir medidas para erradicar este fenómeno. El Reino Unido, por ejemplo, ha introducido un sistema de permisos para los trabajadores de servicios sanitarios y médicos, Irlanda está canalizando trabajadores extranjeros cualificados hacia determinados sectores, y Portugal está concediendo becas para apoyar la investigación post-doctoral dentro del país por parte de extranjeros. El estudio piloto muestra que la mayoría de los investigadores que se trasladan al extranjero han conocido esta oportunidad a través de contactos personales o de servicios de información no oficiales. También es probable que los europeos occidentales se enteren de estos puestos a través de Internet, mientras que es más probable que los europeos centrales y orientales encuentren vacantes en publicaciones periódicas. Al preguntársele si en EEUU se presta la misma atención que en Europa a la fuga de cerebros, la Sra. Hansen afirmó que la Fundación Nacional para la Ciencia de EEUU sí debate la cuestión, ya que está muy preocupada por el incremento o el mantenimiento de su cuota de investigadores extranjeros. Para ser el primero realizado a este respecto, el estudio es un indicador extremadamente útil sobre los factores que influyen en la fuga de cerebros. Sin embargo, quienes han intervenido en su ejecución proponen que se lleve a cabo más investigación sobre esta cuestión, por ejemplo pidiendo a los investigadores extranjeros que cumplimenten un cuestionario cuando regresen a Europa para ocupar un puesto de investigación. "Esto no constituiría una carga adicional para el investigador, sino un medio de aportar comentarios a la política, y con base en nuestra experiencia en encuestas, prevemos un alto porcentaje de respuestas," se declara en las conclusiones del estudio.