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Dispositivos de control biológico para perros

Los perros que enferman o se pierden no pueden pedir ayuda, por lo que se ha creado un novedoso dispositivo de control biológico que interpreta sus necesidades y envía mensajes de texto a sus dueños. El dispositivo TAIL se coloca en el collar e incluye sensores de temperatura y GPS para controlar el estado de salud y la actividad de estos animales.

Tener un perro en la familia reporta numerosas satisfacciones, aunque los vínculos que se crean también pueden conllevar frustración y preocupación. Al igual que cualquier ser vivo, los perros contraen enfermedades, pero no pueden describir los síntomas. Los veterinarios pueden diagnosticar enfermedades graves, aunque el precio es elevado. Por otro lado, con frecuencia los dueños de perros no se percatan de que sus mascotas padecen algún tipo de dolencia menor. La obesidad, que puede acortar la vida de los perros, representa un motivo de especial preocupación. Más de la mitad de los perros domésticos padece sobrepeso, aunque sólo el 7 % de los dueños lo detectan dado que, a menudo, las señales son sutiles. A esto hay que sumar que es frecuente que los perros se pierdan, especialmente en el caso de los cachorros. Disponer de un dispositivo de control biológico canino proporciona confianza. El consorcio financiado con fondos europeos TAIL(se abrirá en una nueva ventana) ha desarrollado el primer dispositivo autónomo adecuado de esta clase. El sistema consiste en un componente de hardware del tamaño de un pulgar que se coloca en el collar o la correa de un perro y de una aplicación interactiva para dispositivos móviles. El hardware incluye un sensor para medir la temperatura corporal y un receptor GPS. Empleando una tarjeta SIM y un transmisor, el dispositivo envía la información a la aplicación. El programa interpreta los datos usando algoritmos creados por el equipo del proyecto con la ayuda de veterinarios y especialistas en comportamiento canino. «El desarrollo de los algoritmos y que las interpretaciones de los datos resultaran claras suponían los principales objetivos de TAIL», afirma Jakub Szufnarowski, máximo responsable del proyecto. Los algoritmos detectan anomalías y transmiten al dispositivo móvil mensajes sencillos referentes al estado de salud del animal. Asimismo, el dispositivo TAIL controla la actividad física. Si el perro está sometido a un estilo de vida demasiado sedentario, la aplicación envía mensajes cordiales al propietario para recordarle que su mascota necesita actividad. La respuesta se adapta a la edad y la raza del perro ya que, por ejemplo, los border collies tienen unos niveles de energía muy elevados y necesitan mucho más ejercicio que otras razas relativamente poco activas como los bulldogs. El sistema ofrece avisos que se ajustan a estos parámetros, e incluso informa a los dueños sobre qué razas caninas duermen en espacios interiores cuando las temperaturas son frías. La función GPS incorporada también permite a los dueños localizar a sus mascotas si se pierden. Durante cualquier periodo de cinco años, alrededor del 14 % de los perros se pierden y, de estos, aproximadamente la mitad no vuelven a casa. Pese a que ya se encuentran disponibles en el mercado otros productos que ofrecen funciones de detección o de control del estado de salud por separado, el sistema TAIL es pionero en combinar ambas características. Además, TAIL ofrece recordatorios sobre vacunas —la más importante sería la de la rabia, que causa la muerte de 59 000 personas al año en todo el mundo— y, en el futuro, el equipo desarrollará una tecnología de ultrasonidos para amansar a los perros. En Estados Unidos se producen 800 000 casos de mordiscos graves de perros cada año, lo que origina unos costes de unos 1 000 millones de dólares. En Inglaterra, los casos de mordiscos se han incrementado un 76 % en los últimos diez años. En la actualidad, TAIL está trabajando en una tecnología de este tipo que podría ayudar a reducir los incidentes de esta índole, así como un módulo de batería autorrecargable. El producto definitivo pesará tan sólo treinta y cinco gramos. «Hallar la manera de incorporar el dispositivo a los collares supuso una gran dificultad», explica Szufnarowski. «Propusimos una correa de caucho que se puede usar con cualquier clase de collar y un armazón de acero para el dispositivo que lo hace más robusto». Dado que el equipo tiene en consideración las necesidades de los perros activos, el dispositivo también será resistente al agua. Szufnarowski prevé que durante el primer semestre de 2018 se realizará una prueba de mercado en Polonia. Poco después, el producto estará disponible en Alemania y Reino Unido, posteriormente en Francia y Suecia, y finalmente en el resto de Europa en un periodo de entre dos y cuatro años. El proyecto se ha asociado con Deutsche Telekom para el servicio SIM, y más adelante lo hará con numerosos operadores europeos. El proyecto TAIL ya es objeto de un nivel de seguimiento significativo. El mercado global de los productos para perros mueve aproximadamente catorce mil millones de euros cada año, cifra que sigue aumentando. La innovación europea está llamada a hacerse con una parte considerable de dicho mercado. Gracias a la labor de TAIL, los perros europeos gozarán de mejor salud y las personas que conviven con ellos estarán más seguras.

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