Europa debe actuar en conjunto para eliminar la fractura de la banda ancha, afirma Liikanen
Sólo en el último año casi se ha duplicado en la UE el número de conexiones de alta velocidad a Internet, y se calcula que el número total de conexiones de banda ancha se está aproximando rápidamente a los 20 millones. Sin embargo, continúa existiendo un riesgo real de que muchas personas que viven en la UE queden excluidas de esta aparente revolución tecnológica. De hecho, el Comisario de Empresa y la Sociedad de la Información de la UE, Erkki Liikanen, advierte que hasta un 25 por ciento de la población podría verse desprovista de cobertura comercial de banda ancha a corto y medio plazo. El posible surgimiento de una "fractura de banda ancha" en la UE llevó a la Comisión a organizar una serie de talleres para ayudar a los Estados miembros a desarrollar estrategias nacionales de banda ancha. Ya se han realizado dos de ellos, sobre las barreras a la banda ancha y el contenido digital, y el 15 de diciembre se celebró un tercero para tratar las iniciativas regionales y locales con objeto de ampliar la cobertura de banda ancha. En el discurso inaugural del taller, el Sr. Liikanen recordó a los representantes de los Estados miembros que se habían comprometido a desarrollar sus estrategias de banda ancha antes de que finalizase 2003: "Las estrategias nacionales son necesarias para sostener el crecimiento del mercado al que estamos asistiendo en estos últimos meses, y eliminar la fractura digital." El motivo por el cual el Comisario considera que una amplia disponibilidad de conexiones de alta velocidad a Internet resulta tan decisiva está relacionado con el impacto de las tecnologías de la información y de las comunicaciones (TIC) sobre la economía europea. "El surgimiento de servicios de alta velocidad como la banda ancha y la 3G [móviles de tercera generación] proporciona nuevas oportunidades de crecimiento y una perspectiva positiva para el futuro," afirmó. Según el Sr. Liikanen, la principal preocupación es la fragmentación de servicios entre los países y las regiones de Europa, y dentro de las propias regiones. El primer paso que deben dar los Estados miembros para afrontar la situación es cartografiar la disponibilidad de banda ancha dentro de sus fronteras, identificar las zonas con deficiencias en el servicio, y dirigir de acuerdo con ello la intervención pública. "Uno de los principios básicos de la intervención debe consistir en la neutralidad tecnológica," sostuvo. "La opción tecnológica debe ser consecuencia de una adecuada evaluación de las necesidades locales, basándose en un análisis del coste-beneficio." La intervención tiene que limitarse a la infraestructura y al equipo que está a disposición de todos los operadores y proveedores de servicios, añadió el Comisario, y no debe provocar una distorsión de la competencia. Por último, el Sr. Liikanen recordó a su auditorio que un despliegue más amplio de la infraestructura debe ir acompañado del desarrollo y la utilización de aplicaciones y servicios de banda ancha. "Se trata de herramientas esenciales [...] y como tales, deben formar parte de una estrategia regional de gran cobertura dentro de la sociedad de la información." "Si actuamos juntos, puede ser sólo cuestión de tiempo que Europa y sus regiones alcancen a EEUU [...]. La Unión Europea, los Estados miembros y todas las regiones deben reconocer el papel clave que desempeñan las TIC en el crecimiento económico, y tendrían que reflejarlo en sus políticas," concluyó el Sr. Liikanen.