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Institutional Transformation in European Political Economy<br/>- A Socio-Legal Approach

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Las lecciones de una crisis económica del pasado

La crisis financiera actual no es tan diferente de la crisis económica que tuvo lugar entre las dos guerras mundiales. La interacción entre la economía y la política —desde el corporativismo a la gobernanza— desempeñó un papel primordial en ambas crisis.

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La reciente crisis económica que ha afectado a Europa recuerda a la crisis del periodo entreguerras, lo que ha llevado a un grupo de profesores universitarios a reflexionar acerca de las similitudes y diferencias entre ambas. El proyecto ITEPE (Institutional transformation in European political economy – A socio-legal approach), financiado con fondos europeos, estudió las similitudes desde una nueva perspectiva. «Estas crisis no están causadas principalmente por el desarrollo económico, sino por un cortocircuito en la infraestructura jurídica que estructura los intercambios sociales que tienen lugar en la sociedad, sobre todo entre la economía y la política», explica el profesor Poul F. Kjaer de ITEPE. «Las ramificaciones económicas y sociales son más efectos que causas de crisis sociales profundamente arraigadas que surgen a partir de la lenta erosión del sistema jurídico», prosigue. Del corporativismo a la gobernanza Durante el periodo de entreguerras, el corporativismo —al igual que la gobernanza en la actualidad— había organizado las relaciones sociales entre la economía y la política. Los cárteles controlaban los sectores político-económicos, desde el carbón y el acero hasta los automóviles y los textiles. Además, la ley se consideraba un obstáculo que impedía el desarrollo de energías sociales. «La Alemania de Weimar asistió a un proceso de erosión de la ley que condujo a una crisis, y en toda Europa se dieron otras evoluciones similares», asegura el profesor Kjaer. Después de la Segunda Guerra Mundial, el neocorporativismo comenzó a representar marcos jurídicos altamente centralizados y vinculados al Estado que separaban la economía de la política y los procesos políticos estructurados. Esta situación propició un marco de gran estabilidad para la Europa surgida después de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, los integrantes del proyecto ITEPE constataron que el cambio al neocorporativismo no se debió tanto a los compromisos nacionales entre partidos políticos sino que se impuso a través de acuerdos transnacionales, regímenes de ocupación aliados, el Plan Marshall y la Comunidad Europea del Carbón y el Acero. «Tanto la "economía de mercado social" como la "edad dorada del estado del bienestar keynesiano" de la Alemania posterior a la Segunda Guerra Mundial fueron en gran medida una creación transnacional», afirma el profesor Kjaer. Los acuerdos posteriores a la Segunda Guerra Mundial comenzaron a tambalearse después de los años setenta con la aparición de la educación de masas, las nuevas tecnologías y la globalización. La autorregulación y la desregulación se convirtieron en alternativas preferibles a la regulación gubernamental, de igual modo que hoy en día la gobernanza distingue entre las esferas pública y privada a través de la subcontratación y las asociaciones entre los sectores público y privado. Además, mientras que el corporativismo se centró en la sociedad como comunidad política, la gobernanza hace hincapié en la sociedad como comunidad económica, limitando así el papel de las instituciones públicas y la política institucionalizada. La gobernanza también considera los instrumentos jurídicos como obstáculos que generan burocracia e impiden el desarrollo de las energías sociales. Esto se ha relacionado con el hecho de que los abogados han dejado de dominar las actividades del Estado y han dado paso a los economistas, contribuyendo en última instancia a la crisis financiera de 2007. Por ejemplo, la economía política de Grecia basada en profesiones cerradas —más similar al corporativismo de entreguerras— se vio impregnada de ideas de gobernanza contemporáneas, creando un cóctel muy explosivo. Por el contrario, Alemania —un Estado dirigido por abogados más que por economistas— solo se vio afectada superficialmente por el cambio hacia la gobernanza. La economía del futuro basada en la posgobernanza Estos ejemplos son cruciales para los debates sobre la globalización y la integración transnacional a través de la Unión Europea, sobre todo porque los docentes universitarios, los políticos y los medios de comunicación a menudo describen la integración como una amenaza para el estado del bienestar y los mercados de trabajo. «ITEPE desmonta el mito sobre el origen exclusivamente nacional del estado del bienestar posterior a la Segunda Guerra Mundial», aclara el profesor Kjaer. Como ideología y praxis social, la gobernanza contemporánea invierte el concepto del corporativismo de entreguerras al centrarse en la economía más que en la política, pero aun así produce efectos similares porque ambas buscan acabar con la distinción entre la política y la economía dentro del marco jurídico. «Debemos alejarnos de la noción misma de gobernanza y de la visión del mundo que representa», concluye el profesor Kjaer. «Necesitamos entrar en un mundo de posgobernanza desarrollando una nueva filosofía de relaciones entre el estado y la sociedad que devuelva las virtudes y el estado de la ley y el formalismo jurídico».

Palabras clave

ITEPE, gobernanza, corporativismo, política, entreguerras, crisis económica, neocorporativismo

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