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Developing Participatory Spaces using a Multi-stage, Multi-level, Multi-mode, Multi-lingual, Dynamic Deliberative approach (M4D2)

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Crear espacios ciudadanos para fomentar el compromiso democrático

Según el proyecto EUCOMMEET, financiado con fondos europeos, los espacios deliberativos en línea pueden ser una herramienta útil para implicar a los ciudadanos en el proceso de toma de decisiones y fortalecer la democracia.

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La capacidad de Europa para superar retos y crisis depende, al menos en parte, de una democracia representativa saludable. Si los ciudadanos no forman parte del proceso de toma de decisiones, o si se sienten ignorados, superar los obstáculos es mucho más difícil. «Una solución consiste en hacer que la política sea más inclusiva, participativa y deliberativa», comenta Pierangelo Isernia, coordinador del proyecto EUCOMMEET y catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad de Siena (Italia). «Necesitamos acercar el discurso democrático y la práctica de la democracia a las necesidades y demandas de los ciudadanos». El proyecto EUCOMMEET, financiado con fondos europeos, tenía por objeto estudiar cómo lograrlo e identificar algunos de los problemas que plantea la aplicación de formas de democracia más deliberativas y participativas. Isernia destaca que uno de los principales escollos consiste en encontrar formas de incluir a ciudadanos poco interesados en la política. Otro es que implicar a los ciudadanos en las deliberaciones, sobre todo a nivel de la Unión Europea, constituye una labor cara y de gran envergadura. Además, muchos políticos dudan del valor de la deliberación participativa, o de la utilidad de las opiniones y comentarios de los ciudadanos en el proceso de toma de decisiones.

Democracia deliberativa y participativa

Para hacer frente a estos problemas, el equipo del proyecto creó un conjunto de espacios participativos en línea, a través de los cuales los ciudadanos podían debatir y deliberar. En el diseño de estos espacio se consideró su flexibilidad, interactividad y escalabilidad, así como el uso de tecnologías innovadoras de moderación y traducción automáticas. A continuación, se desarrolló una plataforma deliberativa de código abierto para garantizar el correcto funcionamiento de estos espacios. Por último, los espacios participativos se pusieron en práctica en cinco países: Alemania, Francia, Irlanda, Italia y Polonia. El experimento piloto consistió en una serie de sesiones deliberativas en línea en las que participaron entre ocho y diez ciudadanos. Alrededor de cuatrocientas personas participaron en todas las actividades durante todo el periodo del proyecto. Estas sesiones se iniciaron a nivel local (con la participación de vecinos de la misma ciudad) antes de pasar al ámbito nacional y, por último, concluir con una sesión plenaria en línea a nivel europeo. En estas sesiones plenarias participaron ciudadanos de al menos tres países diferentes. «Durante estas pruebas se evaluaron varias innovaciones», añade Isernia. «Entre ellas, las herramientas de moderación y traducción automáticas. También integramos la traducción de textos para satisfacer la necesidad de deliberaciones multilingües». Isernia destaca que uno de los principales logros consistió en demostrar que un sistema de este tipo podía ser consistente y apoyar el diálogo abierto. «Cuando empezamos, no teníamos ni idea de la repercusión que estas tecnologías tendrían en la calidad y la naturaleza de la deliberación», afirma el coordinador. Isernia y su equipo siguen analizando los datos generados durante el proyecto.

Una plataforma de debate de código abierto

Una lección clave para los responsables políticos es que desarrollar satisfactoriamente una plataforma deliberativa en línea no solo implica resolver problemas técnicos. También exige desarrollar estrategias para implicar y motivar a un sector transversal de la población, en concreto a las personas que no están interesadas en la política. La principal tarea ahora es asimilar, procesar y analizar la ingente cantidad de información recopilada durante estos experimentos. Esto ayudará al equipo a determinar cómo se pueden utilizar las deliberaciones ciudadanas para contribuir a reducir la polarización y, quizá, fortalecer la identidad europea. «La plataforma de código abierto que hemos desarrollado ya se puede utilizar, adaptar y optimizar para su uso futuro por las autoridades locales, nacionales y europeas», señala Isernia. «Nuestra esperanza es que EUCOMMEET pueda ser un trampolín para futuras deliberaciones participativas en línea, un proceso que aún está dando sus primeros pasos».

Palabras clave

EUCOMMEET, ciudadanos, democracia, política, traducción, multilingüe

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