Comienza la actividad de Lisboa con la presentación de las directrices integradas para tres años de la Comisión
"El pasado mes, los líderes de la UE dejaron claro que estaban dispuestos a hacer todo lo necesario para elevar el crecimiento de la Unión y cumplir con nuestras ambiciones sociales y medioambientales. Hoy estamos iniciando ese trabajo," declaró el Presidente de la Comisión José Manuel Barroso, al desvelar el paquete de directrices integradas de tres años para la puesta en marcha de la relanzada agenda de Lisboa. Hay muchas menos directrices para lo que la Comisión describe como un sistema más simplificado y centrado de la administración económica de la UE, ajustado en los objetivos centrales de un mayor crecimiento y empleo. El paquete presenta una lista exhaustiva de las políticas macroeconómicas, microeconómicas y de empleo, y proporciona orientaciones a los Estados miembros sobre la fijación de los programas nacionales de reforma para el próximo otoño. Con los programas de reforma de tres años elaborados a partir de estas directrices, los Estados miembros tendrán que detallar el progreso realizado cada año en un informe nacional de Lisboa. "La Comisión analizará y resumirá estos informes en un Informe de progreso anual de la UE que presentará en enero de cada año," precisa la declaración. Las medidas macroeconómicas propuestas dentro de las directrices se orientan a la expansión de una economía bien equilibrada a través del completo aprovechamiento del actual potencial de crecimiento de la UE. En concreto, se insta a los Estados miembros a evitar políticas que refuercen una fuerte demanda en una etapa de bonanza económica y reduzcan la demanda durante una recesión, buscar una vía satisfactoria para reducir la deuda, y garantizar la viabilidad económica de los sistemas de pensiones y de atención sanitaria, sin que dejen de ser accesibles y apropiados. A nivel de microeconomía, los Estados miembros están llamados a expandir y aumentar el mercado interior y a crear un entorno empresarial más favorable mediante la puntual transposición de la legislación relativa al mercado interior, la reducción de las ayudas estatales, y garantizando una evaluación del impacto económico, social y medioambiental sobre el nuevo reglamento. Para incentivar el conocimiento y la innovación a favor del crecimiento, la Comisión pide a las naciones de la UE que aumenten el gasto público en investigación y desarrollo (I+D), que atraigan a más estudiantes hacia las disciplinas científicas, técnicas y de ingeniería, y se comprometan a establecer iniciativas europeas comunes en materia de tecnología. Por último, las directrices dirigidas a garantizar más y mejores puestos de trabajo incluyen recomendaciones para atraer y retener a más personas en el empleo y modernizar los sistemas de protección social, mejorar la capacidad de adaptación de los trabajadores y empresas, y elevar la inversión en capital humano a través de la mejora de la educación y las capacidades técnicas. En las directrices se recalca el hecho también de que los Estados miembros y la UE deberían aprovechar cualquier oportunidad para promover la participación de los gobiernos locales y regionales, los agentes sociales y la sociedad civil en la aplicación de estas directrices. "Deberíamos afrontar los desafíos con un espíritu de optimismo realista," concluyó el Sr. Barroso. "La UE tiene un sólido potencial para desarrollar aún más su ventaja competitiva. Es fundamental que las acciones se emprendan con determinación a fin de explotar todo este potencial."