Los sistemas europeos de bienestar social deberían ser más receptivos a los usuarios de riesgo, según un proyecto
Los sistemas europeos de bienestar social en Europa han estado sometidos en los últimos años a crecientes restricciones, con presiones como la globalización, poblaciones de edad avanzada, el aumento de los costes y otros cambios que se han producido en la vida de las familias. La presente investigación ha puesto de manifiesto qué reformas son necesarias para dar respuesta a estos nuevos riesgos sociales, aunque no está tan claro cómo se podrán ejecutar estas medidas en Europa, dentro de los diferentes sistemas nacionales. Para solucionar la falta de conocimientos en este campo, la Comisión Europea ha decidido financiar un proyecto de nombre reforma del bienestar y gestión del cambio social (WRAMSOC) - una iniciativa dentro de la acción clave "Mejora de la base de conocimientos socioeconómicos" del V Programa Marco (VPM). El proyecto tiene como objetivo llevar a cabo un examen detallado de los factores que influyen en la política de bienestar social de varios países europeos con el fin de aportar nuevos conocimientos sobre las reformas que se están realizando actualmente e identificar los métodos para promoverlas, ya que anticiparán la dimensión europea en los sistemas de bienestar social. Las actividades han concluido recientemente con la publicación del informe final del proyecto. Bajo la supervisión de la Universidad de Kent, en Reino Unido, los socios de WRAMSOC revisaron los recientes avances políticos en siete países, Finlandia, Suecia, Francia, Alemania, España, Reino Unido y Suiza, y a nivel de la UE, mediante la realización de más de 250 entrevistas a los responsables políticos y otros agentes. En la actual era postindustrial, además de las tradicionales necesidades sociales que los sistemas de bienestar originales pretendían abordar, como la jubilación, el desempleo, o la discapacidad, están surgiendo nuevos riesgos sociales. Como apunta el informe, estos riesgos entran dentro de tres categorías principales: la conciliación de las responsabilidades familiares, como el cuidado de los hijos, con el trabajo; la falta de capacidades técnicas necesarias para obtener un salario apropiado y un puesto de trabajo seguro; y la pérdida de acceso a las prestaciones sociales satisfactorias a través de la reestructuración del bienestar social, donde entrarían, entre otras, la reforma de las pensiones. Ante el surgimiento de estas nuevas necesidades de bienestar social, los socios de WRAMSOC distinguen entre los costes estimados para satisfacerlas, en comparación con los costes que suponen abordar riesgos más tradicionales. Mientras que los costes de los sistemas originales de bienestar social a menudo se consideraban como una carga para la economía, los tipos de riesgos que surgen ahora ofrecen a los responsables políticos una oportunidad para atraer a nuevos grupos de población hacia el sector del empleo remunerado, por lo que se mejora la competitividad y se crea lo que el informe define como "círculo virtuoso." En cuanto al panorama actual de Europa, el proyecto descubrió que los países nórdicos fueron los primeros en reconocer estos riesgos sociales emergentes y la necesidad de desarrollar políticas. "En los países corporatistas, que constituyen la mayoría de los sistemas de bienestar social europeos, las respuestas a los nuevos riesgos sociales son indicativas de hacia dónde se encamina el sistema de bienestar social, aunque las reformas no han concluido en la actualidad y el cambio logrado, por lo tanto, es incierto", aclara el informe. En los países mediterráneos, por otra parte, el desarrollo de políticas dirigidas a abordar los nuevos riesgos sociales parecen estar limitadas en el presente, pero esto se debe en parte a la continua existencia de sistemas familiares sólidos que proporcionan atención de manera no institucional a los hijos, y mitigan las repercusiones del alto índice de desempleo entre los jóvenes. Los socios del proyecto descubrieron que, mientras los riesgos sociales tradicionales afectan a los intereses de grandes sectores de la población, los nuevos riesgos a menudo tienen un impacto inmediato sobre los grupos minoritarios. Sin embargo, la elaboración de políticas en materia de nuevos riesgos sociales se lleva a cabo fundamentalmente a través de "coaliciones modernas" de políticos y agentes sociales, principalmente, de grupos de empresarios. "Desde que los agentes, distintos a los inmediatos titulares de nuevos riesgos, participan intensamente en estas reformas, los resultados tienden a reflejar los intereses de estos actores en mayor medida que lo hicieran en situaciones típicas de riesgos sociales tradicionales," concluyeron los socios. Si bien la responsabilidad política de las reformas del bienestar recae casi por entero en los Estados miembros, el informe identifica las posibilidades para emprender acciones a nivel europeo. "La UE tiene muchas oportunidades de participar en las nuevas políticas, sobre todo en relación con los cambios en el mercado laboral y el acceso de las mujeres al empleo remunerado, ya que las actividades en estos ámbitos están menos desarrolladas a nivel nacional, y los responsables de las políticas nacionales no han adoptado posiciones atrincheradas." Según el informe, la participación de la UE en el proceso de reformas debería llevarse a cabo a través del Método abierto de coordinación (OMC). El equipo tuvo dificultades para evaluar la eficacia y el impacto de OMC en el ámbito de la política social, aunque llegaron a la conclusión de que proporciona a los responsables políticos nacionales recursos valiosos y contribuye a que estas cuestiones sean incluidas en el programa político, por lo que se deberían promover y expandir. Sin embargo, también recomienda que la UE investigue por qué el OMC no recibe la atención suficiente de parte de los responsables políticos en los diferentes países. Las otras recomendaciones surgidas del informe final de WRAMSOC están relacionadas directamente con las conclusiones de los informes de revisión de políticas del proyecto. Según éstas, todos los que se encuentren en situación de mayor riesgo, debido a los problemas emergentes de los sistemas de bienestar social, deberían participar más directamente en el dialogo político, para que sus intereses sean tenidos en cuenta junto con los de la patronal, la empresa y los sindicatos. Por último, y de forma más específica, los socios de WRAMSOC instan a la UE a que considere la posibilidad de otorgar a los trabajadores, a tiempo completo, que cuidan de sus familiares ancianos, el permiso de maternidad que disfrutan los padres.
Países
Suiza, Alemania, España, Finlandia, Francia, Suecia, Reino Unido