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Physical Activity, Inflammation and Respiratory health: an integrative analysis of biological, behavioural and environmental determinants

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Pulmones sanos por «correr en el parque»

El sedentarismo es el cuarto factor que más muertes provoca a escala mundial. Una investigación de la Unión Europea ha estudiado los efectos de la actividad física sobre las condiciones sociales y medioambientales europeas.

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La falta de actividad física está asociada a importantes enfermedades no infecciosas, tales como el asma o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Aún así, existen pocas pruebas contundentes de que la actividad física regular mejore la salud respiratoria. Resulta interesante que los pocos estudios longitudinales de alta calidad disponibles sugieren que la inflamación sistémica podría desempeñar algún papel, aunque la relación todavía no se ha comprobado. Cubrir este vacío de conocimientos podría marcar la diferencia para muchas personas con una enfermedad respiratoria. El proyecto PAIR, financiado con fondos europeos, llevó a cabo un estudio para reforzar las pruebas de una relación causal entre la actividad física y el funcionamiento pulmonar. Los organismos promotores de la salud ahora poseen pruebas más concretas desde el punto de vista científico en las que basar sus consejos al público, según los cuales le insta a aumentar sus niveles de actividad física. «Planteamos la hipótesis de que la relación entre la actividad física y el funcionamiento pulmonar sería más marcada en las personas con elevadas cargas inflamatorias (por ejemplo, fumadores, asmáticos o personas que viven en entornos con contaminación atmosférica elevada)», explican las coordinadoras del proyecto PAIR, las doctoras Elaine Fuertes y Judith García Aymerich. Datos de dos grandes ensayos Los investigadores de PAIR emplearon datos de cerca de 4 000 adultos que participaron en la Encuesta de salud respiratoria de la Comunidad Europea. Los resultados mostraron que aquellas personas que realizaban más actividad física que provocase sudoración o falta de aliento presentaban un mejor funcionamiento pulmonar a largo plazo, especialmente los fumadores. Respaldando la existencia de un vínculo biológico relacionado con la inflamación, esto destaca la importancia de la actividad física en este grupo de mayor riesgo. El estudio de Horizonte 2020 ALEC (Ageing lungs in European cohorts), todavía en curso, ofrece asimismo una gran cantidad de información internacional. El proyecto ALEC está contribuyendo a evaluar los factores de riesgo para el funcionamiento pulmonar y su deterioro, lo cual es clave para el éxito de PAIR. Contaminación atmosférica «Los niveles de contaminación atmosférica a largo plazo observados en Europa occidental no anulan las ventajas de la actividad física para el funcionamiento pulmonar, lo cual refuerza la idea de que se deben fomentar las actividades al aire libre y el transporte activo», destaca la doctora García Aymerich. No obstante, dado que las ventajas de la actividad física fueron ligeramente inferiores en personas que nunca habían fumado y que vivían en zonas con niveles de contaminación atmosférica muy altos, también están justificados los esfuerzos por controlar dichos niveles. Este fue un resultado completamente novedoso, puesto que anteriormente ningún estudio había indicado los efectos combinados a largo plazo de la actividad física y la exposición a la contaminación atmosférica asociada al tráfico sobre el funcionamiento pulmonar. «Y esto a pesar de la plausibilidad biológica de esa relación y de que esta combinación de factores representa mejor la verdadera exposición de las personas», señala la doctora Fuertes. Vínculo con la inflamación El equipo de PAIR buscó una función causal de la inflamación sistémica entre la actividad física regular y un mejor funcionamiento pulmonar. Mediante la proteína C reactiva (PCR), un biomarcador de uso habitual para la inflamación sistémica, los resultados no demostraron que la actividad física regular a largo plazo pudiese reducir la inflamación sistémica y, en consecuencia, mejorar la salud pulmonar. No obstante, de cara al futuro, la doctora García Aymerich pide que se siga investigando la inflamación sistémica. «Nuestro estudio fue el primero en utilizar un análisis de mediación para valorar este vínculo completo, pero se requieren estudios adicionales para confirmar nuestros resultados». Pasos para la investigación futura Los futuros estudios, con mediciones detalladas y repetidas de tipos específicos de actividad física, deberían tener en cuenta otros biomarcadores de inflamación sistémica, por ejemplo el IL6. Asimismo, debería prestarse atención a mecanismos adicionales (por ejemplo, cambios en el peso y composición corporales, o en la mecánica pulmonar) que también podrían desempeñar un papel de mediación importante. El proyecto ha finalizado, pero el trabajo continúa. En la actualidad, los resultados de PAIR se están incorporando en una herramienta en línea de predicción de riesgo de EPOC, una parte significativa del producto final de la colaboración con ALEC que estará lista para su lanzamiento en 2019. La doctora Fuertes concluye diciendo que «los resultados de PAIR, combinados con otros esfuerzos, servirán para mejorar la toma de decisiones y fomentar el cambio de comportamientos en relación con la salud respiratoria».

Palabras clave

PAIR, actividad física, funcionamiento pulmonar, biomarcador, PCR

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