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Effect of a program of short bouts of exercise on bone health in adolescents involved in different sports

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Los ejercicios con impacto benefician la salud ósea

La osteoporosis está relacionada con una alta morbilidad y mortalidad, así como con unos elevados costes económicos entre las personas mayores. Para que su prevención tenga éxito, es necesario conocer mejor la forma correcta de realizar ejercicios.

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Nuestros huesos son dinámicos. A lo largo de nuestra vida, sus tejidos están constantemente experimentando cambios, un proceso que se conoce como remodelación. La osteoporosis es una enfermedad común que se estima que afecta a cerca de 22 millones de mujeres y 5,5 millones de hombres entre 50 y 84 años de edad en toda Europa. Se caracteriza por una reducción de la masa ósea y deterioro de la estructura ósea, lo que aumenta el riesgo de que los afectados desarrollen fracturas óseas. Se ha estimado que para el año 2050 es probable que la incidencia de las fracturas de cadera en todo el mundo aumente en un 310 % entre los hombres y en un 240 % entre las mujeres. En la actualidad, las intervenciones terapéuticas están centradas en la prevención, y el ejercicio físico juega un papel clave en el mantenimiento y el fortalecimiento de la densidad ósea. Al investigar los efectos de la natación, el ciclismo y el fútbol en adolescentes, el proyecto financiado con fondos europeos PRO-BONE ha demostrado que algunos regímenes de actividad física son más beneficiosos que otros. El equipo descubrió que los deportes de bajo impacto deberían complementarse con series cortas de ejercicios de levantamiento de pesas para beneficiar la salud ósea de los adolescentes. Hacia la prevención en lugar del tratamiento La osteoporosis tiene un fuerte componente genético, ya que estudios epidemiológicos revelan que los factores hereditarios representan entre el 60 % y el 80 % de la variabilidad en la densidad mineral ósea. Es más, tanto factores ambientales no modificables (por ejemplo, las hormonas) como modificables (por ejemplo, el calcio y la vitamina D) ayudan a explicar la variación restante de la masa ósea. Uno de los factores modificables clave es el ejercicio físico. Los investigadores de PRO-BONE consideraron que como el fútbol, el ciclismo y la natación se encuentran entre los deportes más populares practicados por adolescentes de todo el mundo, el estudio de su influencia en el desarrollo óseo sería científicamente interesante. Tal y como explica el doctor Luis Gracia-Marco: «No todos los deportes tienen un efecto positivo en la masa ósea, ya que el desarrollo óseo depende de la carga mecánica del esqueleto y de las fuerzas que se le aplican. Estas fuerzas desencadenan el modelado y remodelado óseo». Para el estudio, PRO-BONE seleccionó originalmente 121 varones de entre 12 y 14 años, a saber: 37 futbolistas, 29 ciclistas y 41 nadadores, así como 14 adolescentes en un grupo control. Los investigadores llevaron a cabo un seguimiento de los participantes durante un año mientras realizaban su entrenamiento deportivo específico. Para el estudio de intervención de nueve meses, los futbolistas, ciclistas y nadadores fueron asignados aleatoriamente a uno de los dos subgrupos, a saber: un grupo control y un grupo de intervención. La intervención consistió en un entrenamiento pliométrico progresivo de saltos mediante el cual los deportistas ejercen una fuerza de salto máxima durante diez minutos al día, de tres a cuatro veces por semana. Los participantes fueron examinados para determinar su masa ósea, geometría ósea, textura ósea y un conjunto de marcadores bioquímicos. La comparación de los atletas reveló que los jugadores de fútbol más jóvenes tenían una mejor calidad ósea (hueso) que los nadadores y los ciclistas. También se descubrió que para los nadadores y los ciclistas el entrenamiento de salto podría mejorar significativamente la cantidad y geometría ósea en el cuello femoral y también la textura de la columna lumbar (regiones de relevancia clínica utilizadas en el diagnóstico de la osteoporosis), así como el mantenimiento de la renovación ósea, proceso por el cual se forma nuevo tejido óseo. Elaboración de una estrategia combinada Se sabe que los deportes de bajo impacto como el ciclismo y la natación tienen una serie de beneficios para la salud, incluida la mejora del sistema cardiovascular. Sin embargo, los hallazgos de PRO-BONE sugieren que estos no mejoran la masa ósea, lo que significa que los clubes deportivos y los atletas pueden combinar su práctica con el levantamiento de pesas y deportes de alto impacto que incluyen saltos, como el fútbol, el tenis, el bádminton o el baloncesto. Tal y como resume el doctor Gracia-Marco: «Estos descubrimientos muestran la importancia de implementar ejercicios de levantamiento de peso para mejorar la salud ósea como parte de las rutinas de entrenamiento en deportes caracterizados por un impacto bajo o nulo». Para continuar avanzando el trabajo, los investigadores tienen la intención de realizar un seguimiento de los participantes durante un período de tiempo más largo a fin de cuantificar mejor los efectos del programa de entrenamiento de saltos. Además, esperan determinar la forma en la que los deportes más practicados, como la natación y el ciclismo, promueven alcanzar el pico máximo de masa ósea.

Palabras clave

PRO-BONE, osteoporosis, hueso, ejercicio, saltos, fútbol, ciclismo, natación, óseo, impacto, pliométrico

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