Rememoran a Julio Verne dando la vuelta al mundo en un avión solar
Cuatro años después de haber logrado el primer viaje en globo alrededor del mundo sin escalas, los exploradores Bertrand Piccard y Brian Jones se han reunido de nuevo para cumplir el espectacular desafío humano y tecnológico que supone la construcción de Solar Impulse, una aeronave propulsada por energía solar con la que darán la vuelta al mundo. Este revolucionario avión será capaz de despegar utilizando su propia propulsión y volar día y noche sin combustible o residuos dañinos generados por la contaminación de los gases. Con esta aventura se pretende favorecer el desarrollo sostenible, demostrando lo que se puede conseguir con las energías renovables y las nuevas tecnologías. Más de 60 especialistas, dirigidos por el ingeniero André Borschberg, participan en la realización del proyecto inicial. La Agencia Espacial Europea (AEE) contribuye aportando las tecnologías espaciales y las pericias europeas a través de su programa de transferencia tecnológica y el "asesor científico oficial" del proyecto será el instituto federal de tecnología suizo (EPFL), con sede en Lausana. El diseño del avión de Piccard es similar al de un planeador, con alas anchas y una estructura delgada y ligera. Para capturar la suficiente cantidad de luz solar, el ultraligero tiene una anchura comparable a la del nuevo gigante Airbus A380, con unas alas de 80 metros de largo. Pero, a diferencia del A380, que pesa 560 toneladas, el avión tiene un peso aproximado al de un coche, de tan sólo dos toneladas. La gestión energética supone el principal desafío tecnológico. La idea es capturar, almacenar y utilizar las aproximadamente ocho horas de luz solar que hay cada 24 horas. Durante el día, el avión no sólo obtendrá la energía suficiente para volar, sino que también deberá almacenar en sus baterías la cantidad suficiente que le permita al motor eléctrico funcionar y al avión permanecer en el aire durante toda la noche. Pero no basta con las reservas de batería. Durante el día, el avión aprovechará las horas de mayor luz solar para ascender hasta los 10.000 metros. Después, durante la noche, descenderá gradualmente hasta los 3.000 metros. Sus alas amplias aumentarán el área de superficie para la acumulación de energía solar y reducirán asimismo el índice de descenso del avión mientras planea durante la noche. La energía es capturada por unas pilas solares de un único cristal de silicio de 250m2 que cubren la parte superior de las alas. Investigadores del EPFL están desarrollando también pilas fotovoltaicas sensibles a la tintura para su posible uso en la parte inferior de las alas, y obtener luz solar difusa y de ángulo inferior en los albores y al anochecer. La energía propulsará los dos motores que aportarán una alta presión de 40, alcanzando una velocidad máxima de 100 Km a la hora. Solar Impulse, en su condición de experimento científico y nave de exploración, servirá también como plataforma de comunicación y para fomentar el desarrollo sostenible, al estimular el interés y el entusiasmo del público por las energías renovables. Para Bertrand Piccard "Solar Impulse difunde la idea de una nueva era para la aviación, en la que se utilizarán aviones más limpios que serán propulsados con la energía casi infinita del Sol, en vez de utilizar las reservas limitadas y contaminantes de los combustibles fósiles". Aunque con este diseño actual la nave nunca podrá transportar muchos pasajeros, los promotores esperan que Solar Impulse pueda encender la chispa que haga concienciarnos sobre las tecnologías que posibilitan el desarrollo sostenible. Pierre Brisson, jefe del programa de transferencia tecnológica de la AEE, explica que "el Sol es la fuente principal de energía de nuestros satélites, al igual que en la nave de Piccard. Gracias a la industria espacial europea hemos desarrollado algunas de las pilas solares, sistemas inteligentes de gestión energética y de almacenamiento de recursos más eficientes". Si la conservación del medio ambiente y el ahorro de recursos es actualmente una prioridad máxima a nivel político internacional y de las empresas, cuestiones como la seguridad energética y el aumento del coste del combustible podrían servir para promover el interés que el reto tecnológico Solar Impulse representa. Actualmente, está en desarrollo el diseño conceptual y el avión se ha podido ver ya en la muestra aérea de París del pasado junio. Para que pueda volar en 2010, el avión tendrá que cumplir los siguientes plazos: - 2006-2007: diseño detallado y ensamblaje del avión; - 2008: primeros vuelos de prueba y vuelos nocturnos; - 2009: vuelos solares de varios días de duración; - 2010: vuelo alrededor del mundo. La vuelta al mundo se celebrará en cinco etapas, cada una de una duración de entre tres y cinco días. Realizará una trayectoria de occidente a oriente, entre 10° y 30° al norte del Ecuador para aprovecharse de los vientos preponderantes y de la luz solar.