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Un proyecto del VIPM trata sobre las "garantías de la inteligencia ambiente"

A comienzos de la década de los noventa, algunos años antes de la amplia proliferación de Internet, Mark Weiser, jefe científico de Xerox Palo Alto Research, planificó la transición desde los grandes ordenadores (mainframe) de los años 60 y 70 a los ordenadores personales de l...

A comienzos de la década de los noventa, algunos años antes de la amplia proliferación de Internet, Mark Weiser, jefe científico de Xerox Palo Alto Research, planificó la transición desde los grandes ordenadores (mainframe) de los años 60 y 70 a los ordenadores personales de los 80 y los 90, y hacia el entorno informático en red del futuro. En su documento denominó a esta tercera generación de sistemas informáticos "informática ubicua", que describe una arquitectura integrada de dispositivos informáticos avanzados, diseño de interfaz inteligente, y comunicaciones de datos en cualquier momento y lugar. Por la misma época, Europa comenzó a elaborar una visión similar que orientara su programa de investigación y desarrollo y recurrió al término "inteligencia ambiente" (acuñado por Emile Aarts of Philips), para expresar una idea semejante a la de informática ubicua pero más centrada en la humanización de la informática. Aunque ninguno de estos escenarios se haya hecho realidad, la actual proliferación de redes y dispositivos inalámbricos como Bluetooth y Wi-Fi son una muestra de que, a pesar de los importantes desafíos tecnológicos que todavía persisten, el futuro no está muy lejano. No obstante, el ejemplo de Internet y, concretamente de los servicios electrónicos, plantea que el éxito de la inteligencia ambiente está en minimizar las inquietudes de los usuarios sobre ciertos temas relativos al derecho a la intimidad, la seguridad y la confianza (o confidencialidad). Abordar estas cuestiones queda dentro de los objetivos fijados por la política de la UE. La disposición de garantías para la inteligencia ambiente es un objetivo de la prioridad IST y, en mayor medida, del VI Programa Marco (VIPM), a la vez que los planes de acción i2010 y eEurope 2005 reclaman también infraestructuras de información seguras. El proyecto SWAMI (safeguards in a world of ambient intelligence), financiado por la prioridad de tecnologías de sociedad de la información del VIPM, contribuye a lograr este objetivo que consiste en ofrecer una visión general sobre el estado actual de los proyectos, hojas de rutas y estudios relacionados con la inteligencia ambiente (AmI), analizar las opciones políticas a través de la creación de escenarios y hacer recomendaciones sobre la futura elaboración de políticas de la UE en este ámbito. El proyecto se puso en marcha en febrero de 2005, y está previsto que tenga una duración de 18 meses. Reúne a cinco instituciones europeas, incluido el instituto de estudios de prospectiva tecnológica (IPTS) del Centro Común de Investigación, y está coordinado por el instituto Fraunhofer de investigación en sistemas e innovación. En julio, los socios publicaron un borrador del informe sobre la situación actual, y se espera la aprobación de la UE. El informe es inequívoco en cuanto a la importancia de las garantías para la inteligencia ambiente "el éxito de la inteligencia ambiente dependerá de hasta dónde pueda quedar garantizada, cómo se pueden proteger el derecho a la intimidad y otros relativos a los individuos y, por último, cómo las personas pueden lograr confiar en el mundo inteligente que les rodea y en el cual se mueven". Los socios de SWAMI pronostican un entorno informático del futuro en el que las personas estén rodeadas de interfaces insertadas en todo tipo de objetos fáciles de usar, un entorno capaz de reconocer y dar respuesta a los seres humanos de forma discreta y desapercibida. En una mesa redonda celebrada recientemente entre líderes mundiales expertos en seguridad se afirmó que "miles de millones de dispositivos que siempre estén encendidos y conectados [...] aumenta la complejidad de nuestros sistemas hasta el punto de que no es posible llegar a entender todo lo que estamos usando [...] debemos resolver los temas relativos a la identidad y autoría cuando estos dispositivos llevan a cabo actividades cuyos destinatarios son las personas sin que haya intervención humana, cuando no hay nadie alrededor". Los mismos expertos instaron a una acción urgente que de solución a estos problemas. Según el informe, los temas relativos a la seguridad deben considerarse propiciadores también del desarrollo de la tecnología de la inteligencia ambiente y de los mercados. Por un lado, ser conscientes de la seguridad ayudará a presentar distintas opciones que podrán plantearse los proyectos de naturaleza científica o técnica. De igual forma, aquellos que buscan desarrollar nuevos mercados para la tecnología de inteligencia ambiente se beneficiarán de las características de seguridad en su comercialización en la misma medida que se beneficia de este componente la industria automovilística. Tras el análisis de los posibles escenarios futuros, el informe concluye que la "tecnología de inteligencia ambiente traspasa la mayoría de las fronteras de protección de la intimidad". Por ejemplo, los experimentos con "trabajos en colaboración utilizando medios informáticos" que utilizan videocámaras siempre para conectar a colegas de diferentes lugares demuestran lo fácilmente que se olvidan las personas de ellas, poniendo en peligro su intimidad personal. La introducción de sensores fisiológicos que siempre van incorporados (para, por ejemplo, controlar la salud) podrían tener como efecto que una persona no pueda ocultar sus sentimientos verdaderos, ya que estos se revelan a través de los cambios fisiológicos. AmI puede tener también un impacto sobre la naturaleza humana, alegan los socios, por ejemplo, evitando la necesidad de desarrollar la memoria o los conocimientos de cada uno si la tecnología llegara a proporcionar siempre instrucciones o contestaciones oportunas. Basándose en la revisión de los proyectos europeos de este campo, los socios de SWAMI identifican una serie de principios que pueden ser aplicados para las salvaguardas en la inteligencia ambiente. Por ejemplo, los aspectos relativos a la intimidad deberían siempre estar incluidos en el diseño desde el principio, en vez de una vez que la tecnología AmI haya sido desarrollada o distribuida; las tecnologías que mejoran la intimidad deben ser fáciles de usar y comprender; y la introducción de cualquier nueva medida de seguridad debe ser evaluada para determinar si crea inseguridades en otros campos. Sobre el tema concreto de la aceptación de la tecnología de inteligencia ambiente por parte de los usuarios, los autores se preguntan justamente cuántas de estas empresas y asociaciones de la industria al crear nuevos servicios y tecnologías tienen en cuenta a los usuarios, a pesar de las demandas de éstos. Revelan que las empresas en colaboración en ciertas áreas pueden facilitar a las asociaciones de la industria la elaboración de evaluaciones de impacto y consultas a los interesados similares a las puestas en marcha por la UE y algunas instituciones de los Estados miembros para disipar las inquietudes de la gente sobre temas relativos a la protección de la intimidad, la seguridad y la identidad. Por último, el informe señala que las nuevas tecnologías casi siempre tienen el efecto de cambiar las expectativas personales sobre la intimidad. Aunque es difícil de predecir cómo podrán cambiar con la introducción de la inteligencia ambiente, los socios de SWAMI destacan que no es probable que cambien con la rapidez que lo hace la tecnología. "Así que lo único que podemos hacer es preguntarnos si, en el futuro, la gente tendrá secretos y si será posible "quedarse solo", concluyen.