La AEE advierte que el agujero de la capa de ozono sobre el Polo Sur ha reaparecido
Un año más, la Agencia Espacial Europea (AEE) ha seguido de cerca la evolución del crecimiento del agujero de la capa de ozono en la Antártida. Los resultados han permitido conocer que el agujero de la capa de ozono ocupa en la actualidad la mayor superficie registrada en todo el año, sólo superada en 1996 y 2000, cuando alcanzó las mayores cotas. El agujero de la capa de ozono de la Antártida en esta temporada ha aumentado hasta alcanzar una superficie de 10 millones de kilómetros cuadrados, una extensión equivalente aproximadamente a Europa y sigue aumentando; sin embargo, se espera que en septiembre tenga mayor amplitud y los satélites de la AEE estarán listos para controlar su desarrollo. La capa de ozono presente en la estratosfera, que protege a la vida en la Tierra de los perjudiciales rayos ultravioletas, es además vulnerable a la presencia de ciertos compuestos químicos que contienen algunos contaminantes sintéticos como los clorofluorocarbonos. Prohibidos por el protocolo de Montreal en 1987, los CFC eran muy utilizados anteriormente en los aerosoles y los refrigeradores. Son productos inertes pero los rayos ultravioleta en altitud de la atmósfera los descomponen, haciendo que puedan reaccionar altamente con el ozono. Las variaciones meteorológicas en el hemisferio sur determinan el tiempo preciso y la amplitud del agujero de la capa de ozono. Durante el invierno en el hemisferio sur la masa atmosférica por encima del continente Antártico se delinea por los cambios en el aire de altitud media y prevalecen los vientos conocidos como vórtice polar. Estos transportan muy bajas temperaturas, y el frío y la oscuridad invernal propician la formación de nubes estratosféricas, con contenido en cloro. Los investigadores aseguran que el agujero crecerá todavía más a partir de las próximas semanas, cuando la primavera llegue al Polo Sur y la combinación de los nuevos rayos del Sol con las nubes polares en la estratosfera provoque la descomposición del ozono en moléculas de oxígeno. Una sola molécula de cloro tiene potencia suficiente para destruir miles de moléculas de ozono. El Espectrómetro de Imagen de Escaneo de Absorción para Cartografía Atmosférica (SCIAMACHY) del satélite europeo Envisat, permite un seguimiento regular de los niveles de ozono a escala planetaria. Los datos de la AEE constituyen la base del servicio operativo de vigilancia y de previsión en tiempo casi real del ozono y forma parte del consorcio PROMOTE (PROtocol MOniToring for the GMES Service Element) que agrupa a 30 socios de 11 países. PROMOTE, que se ha desarrollado a partir del éxito logrado por su precursor TEMIS (Tropospheric Emission Monitoring Information Service - Servicio de información y de vigilancia de las emisiones troposféricas), es un conjunto de servicios de información sobre la atmósfera del sistema terrestre, que opera en el marco del sistema GMES (Vigilancia global del medio ambiente y la seguridad). Es una iniciativa conjunta de la AEE y la Comisión Europea que combina todas las fuentes de información espaciales y terrestres disponibles con el fin de dotar a Europa de una capacidad de vigilancia medioambiental global. Una de las prestaciones del servicio Promote consiste en que los resultados obtenidos por el satélite se combinan con datos meteorológicos y simulaciones de vientos para poder llevar a cabo previsiones de la fortaleza de la capa de ozono y de las radiaciones ultravioleta. Por primera vez, estos resultados de la AEE están siendo utilizados por la Organización Mundial de Meteorología (OMM) para elaborar y actualizar su Boletín Ozono de la Antártida.