Los jóvenes investigadores destacan el valor de las iniciativas sobre recursos humanos de la Comisión
Mucho se hace para solucionar la llamada fuga de cerebros de investigadores europeos hacia otras partes del mundo, principalmente a EEUU. Pero, para la Comisión, la preocupación más acuciante es el alto número de graduados en Ciencia e Ingeniería que optan por no seguir una carrera profesional de investigación. La UE produce cada año casi el doble de graduados en Ciencia e Ingeniería que EEUU y más del doble de doctores, aunque el número total de investigadores activos en cada región sea aproximadamente el mismo. "El problema no es que los investigadores se vayan a otro lugar, sino que están marchándose a otras profesiones, no se trata tanto de 'fuga de cerebros' como de 'pérdida de cerebros'", según la portavoz de investigación de la Comisión, Antonia Mochan. Este hecho explica por qué el objetivo principal de la estrategia de recursos humanos de la Comisión orientada a los científicos sea aumentar el atractivo en general de la investigación en Europa como una profesión. El 14 de diciembre tres jóvenes investigadores fueron invitados a Bruselas para que explicaran cómo las iniciativas de la UE habían contribuido a lanzar sus profesiones de investigación. Sofía Calero dirige actualmente su propio equipo de investigación que trabaja en la simulación molecular para el diseño de nanomateriales en la universidad Pablo de Olavide de Sevilla. Tras concluir sus estudios de doctorado en Madrid realizó su primer descubrimiento de investigación en Países Bajos, con la ayuda de una Beca Marie Curie de dos años de duración. "Fue muy afortunada al conseguir una beca Marie Curie, ya que me dio la oportunidad por primera vez de ser una investigadora independiente", señaló la Dra. Calero. "La Comisión me permitió desarrollar mis propias ideas, y me ofreció una estabilidad durante dos años mientras estaba en Países Bajos". Después, obtuvo otra Beca Marie Curie con la que pudo volver a España y, a través de un programa nacional, firmó un contrato de cinco años, que le brindó la oportunidad de crear su propio grupo de investigación. "Esto muy contenta, y ahora tengo una profesión muy buena", declaró. De hecho, en reconocimiento a la excelencia de la investigación de su grupo, fue recientemente galardonada con el Premio a la excelencia Marie Curie, que le aportará incluso mayor estabilidad. Pero la Dra. Calero señala que, en este sentido, ella es la excepción más que la norma. "Mi queja se centra en la falta de estabilidad en Europa para los jóvenes investigadores, no se puede realmente investigar si tienes que trasladarte cada cinco años". Mientras su propia carrera profesional va de éxito en éxito, la Dra. Calero quiere señalar que muchos de sus compañeros han dado la espalda a la investigación. "España generó muchos doctores, pero después no podía absorberlos a todos. Es cierto que existe ahora un programa para traer de vuelta a España a los investigadores que están en el extranjero ofreciéndoles un contrato de cinco años, pero mi pregunta es ¿qué harán trascurridos estos años?". Aparte del programa Marie Curie, otra de las iniciativas principales lanzada recientemente por la Comisión fue la publicación de la Carta Europea del Investigador y el Código de Conducta para la contratación de Investigadores. Francis Vella, un joven posdoctorado presidente de EURODOC, la federación europea de asociaciones nacionales que representa a medio millón de jóvenes investigadores, describe la Carta y el Código como un hito para mejorar las condiciones de los jóvenes investigadores en Europa. "La Carta y el Código están diseñados para permitir una movilidad orientada a lograr una profesión de calidad más que una movilidad forzada", declaró el Dr. Vella. "Serán un distintivo de calidad para los investigadores que están planteándose trasladarse a otros países o instituciones diferentes". Describió esta iniciativa como una forma sutil de abordar el reto de mejorar las profesiones de investigación y, aunque los Estados miembros y las organizaciones no están obligados a adoptar la Carta y el Código, cree que supondrán una ventaja competitiva a la hora de atraer a los mejores investigadores. A la pregunta de si creía que el Código y la Carta han contribuido directamente al importante cambio organizativo en Europa, el Dr. Vella explicó a Noticias CORDIS que todavía está en sus comienzos. "Cada vez son más las instituciones y países que se comprometen con la Carta y el Código, e intentaremos supervisar si las instituciones están realizando los cambios necesarios cuando los firman, pero todavía es muy pronto para decirlo". El Dr. Vella afirma que, en términos generales, los jóvenes investigadores europeos consideran muy positivos la Carta y el Código. Por último, Abufahra Saba un joven investigador médico palestino que trabaja actualmente en un hospital de investigación de Lieja, en Bélgica, describió cómo su traslado a Europa había sido mucho más fácil gracias a la ayuda de una de las redes de centros de movilidad de Europa, creada en 2004 por la Comisión. Además de ayudarle con su permiso de residencia y otras cuestiones administrativas, el Dr. Saba declaró que el centro "incluso se involucraba en cosas simples, como la gestión del seguro médico y ayudarnos en la compra de un coche". Finalmente, los tres jóvenes investigadores parecían estar de acuerdo en que el ingrediente más importante que a menudo falta en una carrera profesional de investigación en Europa es la estabilidad. "La mayoría de las personas que conozco estarían más contentas si tuvieran una mayor estabilidad en vez de un salario más elevado", declaró el Dr. Vella a Noticias CORDIS. "El tema de los salarios se plantea en algún momento, pero la falta de estabilidad afecta directamente a la vida de tu familia y a la propia investigación. Cuando alguien deja un laboratorio, se lleva consigo los conocimientos, así que el problema no sólo afecta a los individuos sino también a las instituciones". Con iniciativas como las acciones Marie Curie, la Carta y el Código, y la red de centros de movilidad, la Comisión está intentando al máximo ofrecer mayor estabilidad a los jóvenes científicos europeos, y persuadirles de que la profesión de investigador repercute en el interés de todos.