Evaluación de los resultados de las vacunas entre las personas de edad avanzada
La evolución constante del virus de la gripe precisa una revisión y selección estacionales de los componentes de la vacuna. Respecto a la gripe, los datos sugieren que las vacunas actuales presentan una efectividad inferior a la óptima. En cuanto a las enfermedades neumocócicas invasivas, a pesar de la excelente efectividad de las vacunas conjugadas en los niños, su repercusión indirecta en las personas mayores debe supervisarse cuidadosamente. Todo ello indica que los resultados de las estrategias de vacunación deben cuantificarse y supervisarse continuamente para que sirvan de base a modelos sólidos de coste-beneficio que ayuden en la toma de decisiones. Una red de estudios sobre vacunas El proyecto financiado con fondos europeos I-MOVE-plus se diseñó para medir la eficacia de las vacunas antigripales y antineumocócicas, así como para comparar las estrategias de vacunación en la población de edad avanzada en Europa. El consorcio estuvo formado por veintiséis socios procedentes de institutos de salud públicos, organismos de la Unión Europea (UE), pymes y universidades de los principales Estados miembros europeos. Tal y como explica el coordinador del proyecto, el doctor Alain Moren: «El objetivo global era desarrollar una red sostenible de centros de salud, hospitales y laboratorios que pudieran evaluar los resultados de las vacunas en toda Europa». Respecto a la gripe, el proyecto creó una red sólida de estudios multicéntricos sobre vacunas, que incluía más de 15 000 pacientes por temporada en catorce países y grandes conjuntos de datos en cinco países. Por parte de las enfermedades neumocócicas, la red harmonizó la recopilación de datos y pudo obtener resultados significativos para los grupos de personas mayores. Mediante la utilización de protocolos de estudio y estrategias de seguimiento comunes, I-MOVE-plus logró abordar temas de investigación que no podían ser estudiados por los países de forma individual, debido al limitado tamaño de las muestras de estudio. «El proyecto I-MOVE-plus es un ejemplo de un esfuerzo de colaboración entre la UE y el Espacio Económico Europeo (EEE) que produce resultados sólidos que no se ven afectados por intereses políticos o de mercadotecnia», señala el doctor Moren. Un factor importante que contribuyó a la sostenibilidad de estas redes de vacunas fue la disponibilidad de financiación a escala europea (Horizonte 2020 y Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades, ECDC) e internacional (la Organización Mundial de la Salud, OMS). Lecciones aprendidas Los socios cuantificaron los efectos directos e indirectos, así como la rentabilidad, de diversos tipos de vacunas antigripales y antineumocócicas a escala de atención primaria y hospitalaria, al principio y al final de la temporada (vacuna antigripal) y durante el período del proyecto (vacuna antineumocócica). La eficacia y el impacto se midieron comparándolos con un conjunto predeterminado de resultados clínicos y confirmados en el laboratorio. Para medir la eficacia de las vacunas antigripales estacionales frente a los virus que mutan en cada temporada, los socios del proyecto utilizaron la secuenciación genómica de las cepas de virus estacionales. Los datos relativos a las vacunas antigripales durante el período 2015-2018 indicaron una eficacia de moderada a baja entre las personas mayores de 65 años, especialmente frente a la cepa del virus de la gripe A (H3N2). Se observó una mayor eficacia de las vacunas frente a la cepa del virus pdm09 de la gripe A (H1N1). Además, se observa una cobertura baja de vacunación en este grupo de población. Al mismo tiempo, las observaciones de I-MOVE-plus hicieron hincapié en la necesidad de contar con una protección con vacunas mejor y a largo plazo. Respecto a las vacunas antineumocócicas, los resultados sugirieron que la vacuna de polisacáridos 23-valente (PPV23) protege a alrededor de una tercera parte de las personas vacunadas en este grupo de edad. Se observaron efectos indirectos en las personas de edad avanzada con los programas de vacunación infantil que utilizaban la vacuna PCV10 o la PCV13. «Una vez finalizado el proyecto I-MOVE-plus, han surgido nuevos temas de estudio que requieren muestras más grandes basadas en estudios multicéntricos», continúa el doctor Moren. No cabe duda de que es necesario contar con un sistema sostenible que pueda evaluar los resultados de las vacunas, valorar las estrategias de vacunación y guiar las decisiones sobre la selección de cepas o serotipos de vacunas, el desarrollo de vacunas y las estrategias adecuadas independientemente de los intereses comerciales. Asimismo, una estructura europea ayudará a evaluar intervenciones alternativas de prevención y cura para las enfermedades que puedan prevenirse mediante vacunas, así como a mejorar el diseño basado en datos empíricos de los programas de vacunación. El doctor Moren cree que «comunicar esta información al público general ayudará a restaurar enormemente la confianza en las vacunas».
Palabras clave
I-MOVE-plus, vacuna, gripe, vacuna antineumocócica, personas mayores, vacuna de polisacáridos 23-valente (PPV23), H1N1
