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El hábito de fumar puede aumentar las posibilidades de ceguera, según un estudio de la UE

Un proyecto recientemente concluido financiado por la UE tiene previsto publicar una prueba sólida sobre la relación que existe entre el hábito de fumar y la ceguera. Los resultados destacan la necesidad de aumentar la sensibilización de los ciudadanos sobre los riesgos asocia...

Un proyecto recientemente concluido financiado por la UE tiene previsto publicar una prueba sólida sobre la relación que existe entre el hábito de fumar y la ceguera. Los resultados destacan la necesidad de aumentar la sensibilización de los ciudadanos sobre los riesgos asociados al hábito de fumar y los beneficios de dejarlo. El estudio EUREYE recibió 2,4 millones de euros a través de la sección de "Calidad y Gestión de los Recursos Vivos" del V Programa Marco (VPM). El equipo examinó la relación en Europa entre fumar y la degeneración macular asociada a la edad (AMD), una enfermedad que afecta a la mácula del ojo y que provoca una imagen borrosa de la visión central. Hay dos tipos principales de la enfermedad AMD, concretamente la AMD "mojada", que ocurre cuando las venas sanguíneas anormales situadas tras la retina comienzan a crecer bajo la mácula, a menudo goteando sangre y fluidos; y la AMD "seca", que ocurre cuando las células sensibles a la luz de la mácula comienzan lentamente a romperse, haciendo que la visión central en el ojo afectado se vuelva borrosa. La AMD se considera la causa más importante de ceguera adulta en los países desarrollados, apareciendo de forma predominante en la población de edad más avanzada, especialmente entre los mayores de 70 años. Para el propósito del estudio, investigadores de centros en Estonia, Francia, Grecia, Italia, Países Bajos, España, Reino Unido y Noruega tomaron muestras al azar de más de 5.000 pacientes a partir de los 65 años que fueron clasificados entre no fumadores, fumadores y ex fumadores. Esta última categoría se subdividió en otras según el tiempo que hacía que habían dejado de fumar. Se examinó en los pacientes el predominio de la enfermedad AMD. El estudio tuvo en cuenta variables como la edad, el sexo, la diabetes, la situación socioeconómica y la historia clínica de la enfermedad cardiovascular. Basándose en estos datos, los investigadores fueron capaces de observar relaciones coherentes entre el historial de un fumador y los diferentes niveles de gravedad de la enfermedad ocular. Por ejemplo, en el caso de ex fumadores, los investigadores percibieron una disminución con el tiempo en la incidencia y la gravedad de la enfermedad, especialmente entre los que dejaron de fumar hacía más de 20 años. En general, el estudio descubrió que el 27 por ciento del total de pacientes tenía una enfermedad ocular AMD que no se podía atribuir directamente al hábito de fumar, estimándose que uno de cada cuatro casos de AMD "mojada" y una tercera parte de los casos de AMD "seca" se podían evitar no fumando. "El estudio es el mayor y más completo de este tipo realizado en Europa lo que le hace ser más aplicable a la población europea", informó a Noticias CORDIS la coordinadora del proyecto, Astrid Fletcher. "Aunque estudios previos basados en la población habían examinado las relaciones entre el hábito de fumar y los casos severos de la enfermedad ocular de AMD, según nuestros conocimientos, el estudio EUREYE es el primero que estudia el riesgo que corren los pacientes que ya tienen un ojo enfermo de que enferme el otro si continúan fumando", declaró. Los resultados sugieren un aspecto positivo y es que los efectos adversos del hábito de fumar se pueden reducir si se toma la decisión de dejar de fumar con tiempo suficiente. Estos resultados, afirma la Sra. Fletcher ponen claramente de manifiesto la necesidad de una mayor concienciación entre los ciudadanos sobre los riesgos del hábito de fumar. Los resultados forman parte de una responsabilidad más amplia que tienen los socios del proyecto EUREYE de examinar los determinantes medioambientales de la degeneración macular entre la población europea. El proyecto incluyó una investigación que reveló que los altos niveles de luz solar pueden aumentar el riesgo de la enfermedad si están bajos los niveles de antioxidantes en el organismo. Los socios del proyecto analizaron también la relación entre los ácidos grasos y la enfermedad ocular, descubriendo que aunque la ingesta elevada de ácidos grasos esenciales protege en gran medida contra la AMD, los ácidos saturados podrían aumentar el riesgo.

Países

Estonia, Grecia, España, Francia, Italia, Países Bajos, Noruega, Reino Unido

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