La AESA defiende la eficacia del programa comunitario de cría de ovinos resistentes a las EET
El actual programa comunitario de cría de ovinos ha obtenido excelentes resultados en cuanto a resistencia a las encefalopatías espongiformes transmisibles (EET), por lo que debe continuar su labor de defensa de la salud pública, según se indica en un dictamen publicado por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (AESA). El programa ha sido objeto de numerosas críticas por parte de varios Estados miembros y publicaciones científicas, por las recientes infecciones producidas en ovejas con una cepa atípica de EET. Las EET son una familia de enfermedades que afectan a seres humanos y animales, y que se caracterizan por una degeneración del tejido cerebral, que adopta la apariencia de una esponja. En esta familia se incluyen la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ) en humanos, la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) en bovinos y la tembladera en ovinos y caprinos. Los datos disponibles apuntan a que la tembladera del carnero se transmite de forma horizontal -transmisión animal o ambiental-, o vertical, de la oveja hembra al cordero. Por cepas tradicionales de la enfermedad se entienden aquéllas que se conocen desde hace siglos; atípicas son las cepas recién halladas. No se ha registrado ningún caso de infección humana, ni se han detectado, hasta la fecha, casos, teóricamente posibles, de encefalopatía espongiforme bovina (EEB) en ovinos. Sin embargo, hay indicios de que la tembladera podría disimular la EEB. Así y todo, las medidas comunitarias contra la EEB se han extendido a todo el ganado rumiante para garantizar el mayor nivel posible de protección de la salud pública. Las investigaciones han demostrado que los ovinos con determinados genotipos (alelos ARR) son más resistentes a la tembladera. En 2005, la UE inauguró un programa de cría destinado a aumentar la cantidad de alelos ARR en la cabaña ovina y reducir el nivel de genes causantes de enfermedad. Sin embargo, se han venido observando casos de cepas atípicas de tembladera en ovejas supuestamente resistentes; además, en el marco de estudios experimentales, se ha transmitido la EEB a carneros. De ahí que varios Estados miembros hayan puesto en entredicho la seguridad del programa de cría. El Panel de riesgos biológicos (BIOHAZ) de la AESA afirma que no existen pruebas de que el programa haya tenido efectos adversos, sino todo lo contrario. El programa, "al incrementar la resistencia del ganado ovino a las EET actualmente conocidas, contribuye a mejorar la salud animal y la protección al consumidor", afirma. Por lo que respecta a la tembladera atípica, "el programa de cría dispone de los recursos necesarios para reducir los problemas de salud animal y la exposición humana. Ahora bien, el plazo de reducción del riesgo puede ser mayor que el de otras EET", se matiza. Así y todo, el grupo recomendó la ampliación de la investigación sobre la forma atípica de la enfermedad con el fin de medir los riesgos potenciales para la salud humana y animal, sin dejar de insistir en que, en el estado actual de la cuestión, se descartaba que fuera transmisible al ser humano. En relación con la EEB, el panel considera como poco probable que los ovinos criados para resistir las EET puedan infectar carneros con EEB a través de la placenta y fluidos corporales. El grupo, sin embargo, recomendó que, con fines de seguimiento, se llevara a cabo periódicamente una evaluación cuantitativa del riesgo de EEB en la cabaña ovina de la UE. Se dejó constancia de que el panel BIOHAZ sería el encargado de realizar la evaluación en los siguientes meses. Por último, el grupo afirmó que la eficacia del programa no hacía imprescindible crear resistencia en todas las ovejas. Aconsejó conservar las muestras de semen y embriones de ovinos con genes suprimidos para proteger a la cabaña en el supuesto de que en el futuro se detectaran efectos adversos o nuevas enfermedades.