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Una investigación revela las consecuencias de la sequía en el suelo a largo plazo

Los indicios visibles de la ola de calor que arrasó toda Europa en verano de 2003 se hicieron patentes en la superficie de la tierra; los cultivos quedaron asolados y desecados en los campos y los ríos corrían secos. No obstante, una nueva investigación del Centro alemán de In...

Los indicios visibles de la ola de calor que arrasó toda Europa en verano de 2003 se hicieron patentes en la superficie de la tierra; los cultivos quedaron asolados y desecados en los campos y los ríos corrían secos. No obstante, una nueva investigación del Centro alemán de Investigación del Medio ambiente y la Salud revela que la sequía también produjo daños graves y duraderos debajo de la tierra. El Dr. Reiner Schroll y sus colaboradores del Instituto de Ecología del Suelo llevan estudiando desde 1997 la capacidad de los diferentes tipos de suelo para descomponer los herbicidas. Antes de la llegada del verano de 2003, se demostró que uno de los tipos de suelo en particular era muy útil para esto; en dos meses, los microorganismos que habitaban en ese suelo habían descompuesto hasta el 60 por ciento del herbicida que se había aplicado. Sin embargo, después de la sequía del verano de 2003, la capacidad del suelo para descomponer los herbicidas disminuyó radicalmente, especialmente en los dos o tres centímetros superiores de la tierra. "La sequía y el calor produjeron cambios de gran alcance en la composición de la comunidad microbial", explicó el Dr. Schroll. Su equipo descubrió que no solamente había disminuido el número total de microorganismos en el suelo sino que también había cambiado la composición de las especies. De hecho, las bacterias que se ocupan de descomponer el herbicida se habían extinguido en las capas superiores del suelo. Además, se ha demostrado que los cambios son duraderos; los estudios realizados en abril de 2006 revelaron que la capacidad del suelo para descomponer herbicidas era solamente de 15 por ciento. "Nuestros resultados muestran lo importante que son los experimentos a largo plazo", comentó Schroll. "Bastó con comparar la capacidad de descomposición durante varios años para poder observar los cambios". Los resultados también tienen consecuencias para la salud humana; uno de los tipos de suelo estudiados es común en los alrededores de Múnich. Los investigadores temen que, si el herbicida no se descompone, se hunda en el suelo y pueda llegar al agua potable. Existen soluciones potenciales al problema. Puesto que la sequía no ha afectado tan gravemente a capas más profundas del suelo, arar la tierra podría ayudar a mezclar el suelo y reintroducir de este modo microbios en las capas superiores. En casos en los que los microbios hayan sido exterminados casi por completo, la aplicación centrada en determinadas especies microbiales podría ser la solución, aunque resultaría caro y supondría una labor intensa.

Países

Alemania

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