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Prometen impulsar la patente comunitaria en un foro sobre el futuro de la propiedad intelectual

Durante el Foro Europeo de Patentes, celebrado los días 18 y 19 de abril, Günter Verheugen, Comisario de Empresa e Industria, la Canciller alemana Angela Merkel, y Alain Pompidou, Presidente de la Oficina Europea de Patentes (OEP), fueron varios de los que abogaron con vehemen...

Durante el Foro Europeo de Patentes, celebrado los días 18 y 19 de abril, Günter Verheugen, Comisario de Empresa e Industria, la Canciller alemana Angela Merkel, y Alain Pompidou, Presidente de la Oficina Europea de Patentes (OEP), fueron varios de los que abogaron con vehemencia por la reforma del sistema europeo para proteger la propiedad intelectual. Ya nadie duda de que se avecinan cambios profundos en la protección de la propiedad intelectual (PI). La OEP completó recientemente un proyecto que presentaba cuatro situaciones hipotéticas del panorama futuro de las patentes en los que los principales agentes impulsores eran la empresa, la geopolítica, la sociedad y la tecnología. Existen diversas opiniones con respecto a cómo se puede y se debe proteger la PI en el futuro, pero todos los oradores del foro, celebrado en Munich, se mostraron a favor de promover la patente comunitaria, y lo más rápido posible. Debido a la fragmentación que existe en Europa ya cuesta once veces más solicitar una patente que en los Estados Unidos, a la vez que la globalización y la aparición de competidores nuevos dan pie a pensar que a Europa le resultará aún más complicado proteger las ideas y conservar su competitividad en el mundo del futuro. «Si hay algún político en Europa que piense que esa situación está bien, que venga a hablar conmigo, porque se equivoca», dijo el señor Verheugen. «Quienes vienen obstaculizando la creación de una política de patentes eficiente no sólo perjudican a Europa, sino a sí mismos», añadió el Comisario Verheugen en un contundente discurso. La posibilidad de establecer una patente comunitaria lleva debatiéndose desde 1975, pero el desacuerdo en torno al régimen lingüístico que esto implicaría ha supuesto un escollo formidable. No obstante, el señor Verheugen ha encontrado durante 2007 más motivos para sentirse optimista que en los últimos años. Declaró ante la prensa que confía en que habrá una patente comunitaria en el plazo de cinco años. «La patente comunitaria tendría valor tan sólo si se ajusta a ciertos criterios. Deberá estar unificada, ofrecer certeza jurídica y tener una relación coste-eficacia positiva. Deberá cumplir todas esas condiciones», afirmó la Canciller alemana. Las partes interesadas en la PI vienen argumentando desde hace mucho tiempo que no resultaría rentable un sistema en el que las reclamaciones contra patentes se tuvieran que traducir a todas las lenguas comunitarias. «Nos enorgullecemos de la diversidad de Europa, pero en el caso de la patente comunitaria, vamos a tener que sacrificar en cierta medida esa diversidad. No podemos dejar las cosas como están, tenemos que sacar esto adelante de algún modo», señaló la señora Merkel. El Comisario secundó ese punto de vista y agregó que «no dejo de sorprenderme al ver que a menudo [los Estados miembros] colaboramos aunque no sea estrictamente necesario [...] pero no lo hacemos en cuestiones vitales. La PI es un buen ejemplo, y también la política exterior y de seguridad.» El impulso renovado a esta iniciativa viene de dos ángulos: por un lado, la OEP y la Comisión están instando a la firma del Protocolo de Londres; por otro, la Comisión ha adoptado una comunicación relativa al establecimiento de las bases necesarias para una patente comunitaria, mediante la creación de un poder judicial paneuropeo único que tendría competencia sobre procedimientos contenciosos. Si se firmara, el Protocolo de Londres obviaría, total o parcialmente, la obligación de traducir las patentes presentadas en la lengua nacional del solicitante. En la práctica, esto implicaría que los propietarios de patentes europeas ya no tendrían que presentar una traducción de la especificación de las patentes concedidas a un Estado Parte Contratante del Convenio sobre la Concesión de Patentes Europeas por el Acuerdo de Londres, si ésta tiene por lengua oficial una de las tres lenguas de la OEP (francés, alemán o inglés). Cuando éste no sea el caso, si la patente no está disponible en una lengua de la OEP, estarán obligados a presentar una traducción completa de dicha especificación redactada originalmente en una lengua nacional. Este acuerdo permitiría una reducción de los costes de traducción de hasta un 45%, o unos 3.000 euros por solicitud. Alain Pompidou, Presidente de la OEP, manifestó que espera que el Protocolo de Londres se firme antes del final del presente año. La comunicación de la Comisión propone la creación de un sistema jurisdiccional integral para toda la UE que se ocupe de las patentes. Éste combinaría elementos del EPLA (Acuerdo sobre litigios en materia de patentes europeas), cuyo propósito es reducir los costes de contenciosos, y elementos de la jurisdicción comunitaria específica relativa a los litigios por patentes basada en el Tratado de la CE. En el pasado, los Estados miembros no se han puesto de acuerdo con respecto al sistema de litigación que se debería emplear. En tal sistema se establecería una serie de tribunales que resolverían las disputas relativas a patentes de toda la UE, incluidas las reclamaciones de violaciones de patentes. Las apelaciones las atendería un tribunal único, posiblemente el Tribunal Europeo de Primera Instancia. Al hilo de la cuestión de la litigación, el señor Verheugen declaró: «Resulta llamativo que tengamos un sistema paneuropeo para las solicitudes y las decisiones relativas a patentes y que carezcamos de un sistema conjunto de resolución de litigios.» La comunicación se basó en una consulta abierta y recibió reacciones de diverso signo. La mayoría de críticas guardaba relación con la evitación de la traducción, pero, como señaló el propio Comisario Verheugen en Múnich, «la Comisión presenta una serie de medidas, pero no se debe pasar por alto que la Comisión cuenta con competencias relativamente limitadas con respecto a la propiedad intelectual, y sobre todo al derecho de las patentes. Depende de los Estados miembros crear las condiciones necesarias para que haya innovaciones y que éstas se protejan», puntualizó. Mientras, la OEP se ha dedicado a investigar cómo es probable que cambie el sistema de patentes en el futuro. «Sea lo que sea lo que nos depare el futuro, será necesario gozar de una capacidad de adaptación rápida y sólida a un entorno cambiante. Para tener protagonismo, la OEP tendrá que rehacerse a sí misma», afirmó A. Pompidou. El Presidente de la OEP describió el documento «Scenarios for the Future» («Situaciones posibles en el futuro») como «tonificante para el intelecto» y señaló que este ejercicio de concienciación de la OEP demostrará la madurez de esta oficina ahora que celebra su trigésimo aniversario. Rafael Ramírez, de la Universidad de Oxford, actuó como consultor durante la elaboración de las cuatro situaciones hipotéticas o «escenarios». Éste explicó que las «situaciones hipotéticas guardan relación con lo que le ocurre a uno, no con lo que uno hace que ocurra». Agregó que lleva veintisiete años trabajando en la previsión de situaciones potenciales futuras y que las que han elaborado con respecto a la propiedad intelectual son «lo más aproximadas que podrían ser». En las cuatro situaciones hipotéticas se plantean como impulsores de las patentes la empresa, la geopolítica, la sociedad y la tecnología. En la primera situación, las «Reglas del mercado», hay nuevas materias, entre éstas los servicios, que son susceptibles de ser patentadas. Además, en el sistema se introducen más agentes. El equilibrio de poder es mantenido por corporaciones multinacionales que disponen de los recursos necesarios para formar poderosas carteras de patentes, imponen sus derechos en un mundo cada vez más contencioso y dictan los temas prioritarios en el ámbito de las patentes. En la situación hipotética «¿Juego completado?», el mundo desarrollado hace un uso cada vez menor de la PI a fin de mantener la superioridad tecnológica, mientras que surgen nuevos agentes que se proponen ponerse a la altura con el fin de mejorar el nivel de vida de sus ciudadanos. En este caso se plantea una competencia entre las naciones y las culturas, y la PI se convierte en una potente arma. Los nuevos agentes prosperan gradualmente en lo que se refiere a determinar la evolución del sistema y se valen de ello para obtener ventajas económicas y adaptar las reglas del juego a medida que aumenta su influencia geopolítica. Cada vez resulta más complicado el cumplimiento de las patentes y el mundo de la PI se va fragmentando. En la tercera situación hipotética, «Los árboles del conocimiento», se plantean como agentes principales a diversos movimientos populares (coaliciones de la sociedad civil, empresas, individuos y gobiernos interesados). La labor constante de las coaliciones garantizaría que el conocimiento se mantenga como bien común. «Cielos azules» es la cuarta y última situación hipotética, que implica una escisión del sistema de patentes. Los agentes principales son tecnócratas y políticos que reaccionan ante crisis mundiales. Tecnologías nuevas y complejas, basadas en un proceso de innovación altamente acumulativo, se consideran claves para solucionar problemas sistémicos como el cambio climático. La difusión de la tecnología en estos campos es de importancia primordial y las necesidades de PI de estas nuevas tecnologías difieren cada vez más de las necesidades de las tecnologías clásicas. Quienes participaron en el foro reconocieron que estas situaciones hipotéticas plantean posibilidades muy reales, si bien hubo quien tildó los diversos panoramas de fatalistas. En cambio, la futura Presidenta de la OEP, Alison Brimelow, no es fatalista en absoluto. Prometió que habría una continuación de este proyecto de previsión. «Los problemas no van a desvanecerse sin más. Reitero mi promesa [...] de ocuparnos de lo que vendrá a continuación», manifestó ante el foro. Los principales decidores de Europa también tratan de anticiparse al futuro. «El sistema actual es consecuencia de nuestra falta de visión de futuro. Qué menos podemos hacer que remediar los errores cometidos. Somos conscientes de nuestros puntos flacos y sabemos qué nos corresponde hacer», afirmó el señor Verheugen. Por su parte, Angela Merkel mencionó la próxima publicación de una carta de la UE que propondrá un código deontológico voluntario sobre la PI. Además, prometió que la Presidencia alemana del Consejo de la UE «no escatimará» esfuerzos para promover la aplicación del Protocolo de Londres y, posteriormente, la patente comunitaria. «Querer es poder», concluyó.

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