La ciencia de Sudáfrica apunta a lo más alto
La ciencia de Sudáfrica está en alza. El presupuesto para la ciencia ha aumentado drásticamente durante los últimos años gracias al apoyo sólido de las más altas esferas del gobierno, y el país se ha planteado el objetivo de convertirse en un destino prioritario en lo que respecta a la ciencia y la tecnología. A principios de este año, el Gobierno de Sudáfrica anunció sus planes de aumentar el presupuesto para la ciencia hasta los 331 millones de euros, y el país espera invertir en ésta el 2% del PIB de cara a 2017. En un acto que tuvo lugar en Bruselas para promocionar la cooperación entre Sudáfrica y la UE en el ámbito de la ciencia, Dhesigen Naidoo, Director General del Departamento de Ciencia y Tecnología de Sudáfrica expuso las ambiciones científicas y tecnológicas de su país. «Hemos proyectado una trayectoria a largo plazo que cuenta con un apoyo muy sólido por parte de las esferas más altas del sistema político y también de la industria de Sudáfrica», aseguro éste a CORDIS Noticias. «Nuestra intención es convertirnos en un gran centro neurálgico del conocimiento a nivel mundial.» Uno de los objetivos es ampliar la plataforma de biotecnología del país y desarrollar una base bioeconómica. Estos planes recibieron el espaldarazo a finales de 2006, cuando el Centro Internacional de Ingeniería Genética y Biotecnología (ICGEB) decidió establecer su sede africana en Ciudad del Cabo. Actualmente esta organización tiene delegaciones en Trieste (Italia) y Nueva Delhi (India). Inicialmente la nueva sede de Ciudad del Cabo se centrará en las enfermedades infecciosas, pero se espera que su ámbito de competencia se amplíe e incluya campos como la biotecnología agrícola. La astronomía es otra disciplina en la que destaca Sudáfrica. El Gran Telescopio de Sudáfrica (SALT) ya atrae a investigadores de todo el mundo y el país aspira a acoger el proyecto SKA (Square Kilometre Array), que constituirá el radiotelescopio más grande del mundo. En su plan de infraestructuras de investigación, el Foro Estratégico Europeo sobre Infraestructuras de Investigación (ESFRI) describió el SKA como «un instrumento que transforma nuestra visión del universo». El otro país que pretende convertirse en sede del SKA es Australia. La decisión final sobre la cuestión está prevista para finales de esta década. La nueva estrategia científica de Sudáfrica incluye un importante programa de desarrollo del capital humano, que se centra en implicar a más jóvenes en el ámbito de la ciencia e iniciativas de financiación para proyectos interdisciplinarios y transferencia de conocimientos. La nanotecnología y la ciencia espacial son otros ámbitos temáticos que se espera que reciban fondos. El país también planea desarrollar una economía del hidrógeno, algo muy acertado ya que más de la mitad del platino del mundo proviene de Sudáfrica. Este elemento se utiliza como catalizador en el proceso de producción de energía por hidrógeno. Como Europa, Sudáfrica se muestra preocupada ante el hecho de que son insuficientes los resultados de investigación que se materializan en productos, y por ese motivo está creando la Fundación para la Innovación Tecnológica. «Es un proyecto muy especial», afirmó Dhesigen Naidoo. «Es una institución pública que estimulará el desarrollo de empresas tecnológicas en el sistema de Sudáfrica con la mirada puesta en la base de conocimiento actual; desarrollará productos, servicios y procesos a partir de ésta última y creará las condiciones de apoyo adecuadas para trasladarlos a una economía real.» A parte de impulsar la ciencia en el interior de sus fronteras, Sudáfrica se ha mostrado muy activa en la promoción de la investigación a nivel de todo el continente africano. «Sudáfrica ha sido fundamental para desarrollar la plataforma científica y tecnológica de África», explicó Dhesigen Naidoo. «De hecho Sudáfrica convocó la reunión inaugural del Consejo Africano de Ministros de Ciencia y Tecnología, el denominado AMCOST, y fue decisiva en el desarrollo de un plan de acción consolidado para la ciencia y la tecnología a nivel continental.» Entre los planes para la ciencia en África se incluyen centros de excelencia regionales en una serie de disciplinas que realizarán investigaciones y actuarán como centros de formación. Otras actividades son la creación de una red africana de instituciones académicas y academias nacionales de ciencias a fin de establecer una plataforma continental para compartir el conocimiento y abordar colectivamente los retos comunes. También hay planes para crear un Fondo Africano de Ciencia e Innovación, cuya decisión se tomará probablemente en la próxima reunión de AMCOST, que tendrá lugar en septiembre. «Se necesita un fondo de financiación», afirmó con énfasis Dhesigen Naidoo. «El aspecto que tenemos que tener muy claro en África es que este fondo tendría que contar con una serie de socios, y que no sólo contribuyan a él socios de fuera del continente, por lo que también tiene que producirse una aportación africana considerable, de acuerdo con los objetivos de la Nueva Asociación para el Desarrollo de África (NEPAD).» Finalmente, Dhesigen Naidoo se muestra optimista ante el papel científico de Sudáfrica tanto en su continente como en el resto del mundo. «Deseamos aportar soluciones a los retos mundiales. No sólo se trata del desarrollo de Sudáfrica, sino del desarrollo de toda África, de los retos mundiales como el cambio climático. Somos un socio muy entusiasta y cada vez más capacitado.»
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