Según un estudio, las políticas comunitarias han logrado proteger a las aves poco comunes
Según una nueva investigación, las políticas de conservación de la biodiversidad de la UE han tenido un impacto positivo sobre las poblaciones de aves en peligro de Europa. El estudio, publicado en la última edición de la revista Science, fue parcialmente financiado a través del proyecto ALARM (Assessing large scale risks for biodiversity with tested methods) del Sexto Programa Marco (6PM). La Directiva del Consejo de la UE sobre la conservación de las aves silvestres (más comúnmente conocida como la Directiva sobre Aves), se aprobó en 1979. Aunque su objetivo inicial era la conservación de todas las aves, las especies que son poco comunes, vulnerables o que necesitan medidas de conservación especiales aparecen enumeradas en el anexo I de la legislación, y los Estados miembros están obligados a adoptar medidas extraordinarias para mejorar la conservación de estas especies. Las medidas podían incluir la protección o mejora de los hábitats de estas aves, mediante, por ejemplo la creación de áreas especiales de protección (SPA). La Directiva en sí no establece objetivos cuantitativos, así que los científicos, dirigidos por Paul Donald de la Royal Society para la protección de aves (RSPB) de Reino Unido, elaboraron cinco criterios que, esperaban, demostrarían si la legislación había sido efectiva o no. Los criterios fueron: 1 - dentro la UE de los Quince, las especies del anexo I deberían mostrar un incremento de población mayor que el de otras especies no pertenecientes al anexo; 2 - cualquier mejora de las especies del anexo I relativo a las especies no incluidas en el mismo debería ser mayor en la UE de los Quince que en otras partes de Europa donde no se aplica la Directiva; 3 - las tendencias de las especies del anexo I y de las que no están incluidas en el mismo deberían ser más positivas dentro de la UE de los Quince que fuera de este ámbito; 4 - cualquier impacto positivo sobre las especies del anexo I debería ser más evidente en las especies que han sido catalogadas desde hacía más tiempo; 5 - por último, debería existir una relación entre países sobre qué iniciativas de la Directiva se han puesto en marcha (por ejemplo, analizando la proporción de suelo designado como SPA) y las tendencias relativas a las poblaciones de aves. El estudio reveló que las cinco expectativas se habían cumplido, exceptuando la número tres, que se había cumplido sólo parcialmente (las poblaciones de especies del anexo I presentaron una respuesta más positiva en la UE de los Quince que fuera, aunque esta tendencia no fue igual para las especies no incluidas en este anexo). En cuanto al cuarto punto, los científicos señalan que existe una diferencia de tiempo considerable de diez años entre la intervención política y una respuesta perceptible a nivel de las poblaciones. «Los datos concuerdan por lo tanto con la hipótesis de que la Directiva sobre Aves ha aportado beneficios demostrados a las poblaciones de aves de la UE y que la intervención política internacional puede ser eficaz para abordar cuestiones relativas a la conservación de grandes áreas geográficas», escriben los investigadores. La espátula común (Platalea leucorodia), el águila de cola blanca (Haliaeetus albicilla) y el águila imperial española (Aquila adalberti) muestran el éxito de la Directiva. La organización Birdlife International cree que sin la Directiva sobre Aves y los esfuerzos de los gobiernos y conservacionistas para ponerla en práctica, estas aves se enfrentarían ahora a un futuro más incierto. Sin embargo, advierten de que es necesario aumentar los esfuerzos para controlar la eficacia de las políticas medioambientales. «La evaluación del impacto de la intervención internacional de la política de conservación está mucho más retrasada que en la mayoría de los ámbitos políticos debido, en gran parte, a la escasez de datos relativos a la respuesta de especies a las que se orienta dicha intervención», según señalan. Los resultados de estas políticas son a menudo criticados por los grupos de presión a favor de las políticas de conservación, entre otros. También existe poco margen para la mejora de las políticas. Para solventar esta situación, los autores del artículo sugieren que la supervisión de la población «simple aunque sólida» se amplíe aún más para controlar la eficacia de las políticas. Además de que se establezcan objetivos cuantitativos y mesurables cuando se apliquen las políticas. «Hasta que no estén más integradas las políticas y las actividades de supervisión, el éxito de las políticas internacionales de conservación para proteger la biodiversidad del planeta [...] será difícil o imposible de cuantificar», concluyen los científicos. «El pronóstico de la biodiversidad es desalentador ya que la falta de referencias sólo sirve para debilitar la intervención política internacional en un periodo de destrucción sin precedentes». BirdLife International espera que este estudio impulse los esfuerzos estatales a favor del cumplimiento de la Directiva sobre Aves, especialmente en los nuevos Estados miembros de la UE. La organización advierte «que una insuficiente designación y protección de los lugares, la falta de financiación para la gestión de estos lugares y la agricultura insostenible pueden todos revertir los logros de la Directiva sobre Aves, perpetuando las espectaculares pérdidas de la fauna y flora europeas».