Estrategia del gasto en I+D: la visión de las más grandes y más pequeñas empresas europeas
Los responsables políticos, impacientes por garantizar niveles elevados de inversión en investigación y desarrollo (I+D) sin que se comprometan demasiado los fondos públicos, han propiciado que se intensifiquen los debates en torno a cómo fomentar la inversión del sector privado en los últimos años. En última instancia, sólo los líderes empresariales están en posición de saber qué influye en sus prioridades del gasto. En la conferencia científica celebrada el pasado 9 de octubre en Sevilla, tres de estos líderes expusieron sus percepciones sobre los factores que influyen en las estrategias corporativas de I+D. La conferencia, que se celebró bajo el lema de «Conocimiento para el crecimiento: papel y dinámica de la I+D corporativa», atrajo a unos 140 participantes, muchos de los cuales trabajan en el ámbito universitario estudiando diferentes aspectos de la inversión y la educación corporativas. El evento ha sido organizado por el Instituto de Prospectiva Tecnológica (IPTS) del Centro Común de Investigación (CCI) de la Comisión Europea. Los tres conferenciantes que inauguraron el segundo día de reuniones en Sevilla ofrecieron una visión general de las prioridades en cada uno de sus campos. Además, reclamaron más financiación pública para los proyectos de demostración, reconocieron las virtudes de un enfoque abierto para la innovación y justificaron el aumento de financiación de la UE para las pequeñas y medianas empresas (PYME) intensivas en investigación. La inversión del sector privado en I+D se sitúa actualmente en torno al 1,2% del PIB de Europa, cifra que contrasta con el 1,9% de EE.UU. y más del 2% de Japón. José Antonio Moreno Delgado, Vicepresidente de Ingeniería de la empresa española de bioenergía, Abengoa, citó en su presentación al Nobel Robert Solow, quien una vez afirmó que alrededor del 80% del crecimiento a largo plazo de la economía de EE.UU. se puede atribuir al avance tecnológico. El 20% restante procede de la inversión de capital. Abengoa no dudó en que hubiera algo de verdad en esta estimación cuando decidió invertir 70 millones de euros en I+D en 2007. Este desembolso ha propiciado que Abengoa se convierta en líder mundial en I+D e innovación en el sector del bioetanol, y cuenta con nueve plantas en todo el mundo. Abengoa ha recibido subvenciones para I+D de varias fuentes, como el Ministerio de Energía de EE.UU. además de varias iniciativas nacionales, y ha solicitado también financiación procedente del nuevo programa marco para la competitividad y la innovación de la UE. Pero la empresa ansía que se apoyen más los proyectos de demostración, mediante incentivos fiscales y subvenciones. Los incentivos, afirma, son complementarios a la inversión procedente del sector privado, y no la sustituyen. «Abengoa cree que el proyecto de demostración es el instrumento clave que permite la ejecución de la política de innovación centrada en el desarrollo de nuevos productos para el mercado. Aporta una validación operativa del proyecto», explica el Sr. Moreno, quien añade que, «el objetivo principal de la UE en materia de I+D se centra en los nuevos conocimientos científicos. Hay falta de recursos para la innovación. La UE debe centrarse en los esfuerzos de I+D+i [I+D e innovación] para conseguir el liderazgo mundial en tecnologías de mitigación del cambio climático». El Sr. Moreno recomendó prudencia ante los responsables políticos, que buscan establecer prioridades de inversión del sector privado en I+D, al afirmar que la empresa es la que sabe siempre mejor dónde es necesaria la inversión. Los responsables políticos pueden ser más útiles, matizó, a la hora de mejorar la seguridad legal de las empresas que llevan a cabo actividades de I+D. John van den Elst es Director del Departamento de Sistemas Digitales de Philips Applied Technologies, ubicada en los Países Bajos. Philips, fundada en 1891, cifra actualmente su valor en 27.000 millones de euros. Impresiona la inversión que ha realizado esta compañía en I+D, que asciende a 1.700 millones de euros o, lo que es lo mismo, el 6,2% de sus ingresos, aunque esta cifra superaba hace siete años el 8%. Desde entonces se ha producido una «des-verticalización». La compañía vendió los departamentos de desarrollo de semiconductores y componentes. «Los ingresos son ahora menores, pero ahora estamos centrados en el lado correcto de la cadena de valor», explica el Sr. van den Elst. La estrategia de Philips es dirigir I+D centrada en el mercado, controlar los riesgos inherentes a las actividades de investigación, compartir el conocimiento en asociaciones tecnológicas, y utilizar al máximo los campos de investigación de Philips. Philips lleva a cabo investigaciones a nivel interno, después de analizar las tendencias mundiales del comportamiento de los consumidores. La compañía está en la encrucijada entre el placer y el bien. Una idea para un producto nuevo debe encajar en este objetivo y ser compatible con la marca Philips. La empresa evalúa también si existe un mercado para este nuevo producto, y si Philips obtendrá una ventaja competitiva si sigue adelante con la idea. Como dejó claro el Sr. van den Elst «el gasto en I+D se basa en el conocimiento del mercado». Paralelamente, existen varios grupos de investigación que trabajan en otras ideas nuevas. Dependiendo del éxito de la idea, Philips tiene la opción de «integrar» la tecnología para su propio beneficio, «lanzarla al mercado», vendiéndola a alguien, o «distribuirla» y crear una nueva empresa con entidad propia. Ullrich Schröder retomó en su presentación la complejidad que supone priorizar la I+D, centrándose en la importancia que tienen las PYME para la competitividad europea. El Sr. Schröder es asesor de I+D en UEAPME, la Asociación Europea de Artesanos y Pequeñas y Medianas Empresas. Señaló el descenso del porcentaje total de los fondos adjudicados por la UE a la I+D corporativa a través de los programas marco de I+D de la UE, afirmando que las PYME se han visto seriamente afectadas por ello. La larga duración de los proyectos financiados por los programas marco de la UE, la concurrencia de varios socios, la intensidad en alta tecnología y los elevados presupuestos que se comprometen hacen difícil la participación de muchas PYME, señaló el Sr. Schröder. «Sin un aumento del gasto en I+D de las PYME, el objetivo de Barcelona [de aumentar la inversión de I+D a un 3% del PIB] no se cumplirá nunca. Jamás», reiteró. La solución pasa por crear un entorno empresarial en el que las PYME puedan sobrevivir, innovar y desarrollar un espíritu empresarial, e introducir programas de apoyo al desarrollo tecnológico a todos los niveles, afirmó el Sr. Schröder. El programa CRAFT de la UE, diseñado específicamente para las PYME, alcanzó mucho éxito y fue muy demandado. UEAPME recomienda la ejecución de otros programas similares a nivel de la UE y nacional, así como el apoyo para la contracción externa de investigación de PYME dentro de otros programas. El Sr. Schröder concluyó haciéndose eco de otras peticiones anteriores para celebrar una próxima conferencia. «Debemos centrarnos más en la I+D corporativa y aprender unos de otros», señaló.