La política o el arte de lo posible: ¿por qué algunos escogen los partidos políticos y otros las protestas? Seguramente no nos equivocamos al pensar que los años de austeridad que han seguido a la crisis financiera de 2008 y 2009 han desplazado a la política partidista tradicional para dar paso a una forma de política de protesta más directa y agresiva. El proyecto POLPART, financiado por el Consejo Europeo de Investigación (CEI), se ha dedicado a investigar cómo y por qué se involucran las personas en la política y qué efecto tiene esto en los esfuerzos actuales de fortalecer y preservar nuestras democracias de cara al futuro. Sociedad © Mariano Gaspar, Shutterstock POLPART (How citizens try to influence politics and why. International comparisons of movement and party politics) ha estado siguiendo la trayectoria de los movimientos y las tendencias relacionadas con la participación política de los ciudadanos, tanto en Europa como en América Latina. Una de las preguntas principales que aspiraban a responder era por qué algunas personas se sienten atraídas a la participación política mediante procesos políticos formales, mientras otros prefieren participar en políticas de protesta. Para encontrar la respuesta, los investigadores del proyecto POLPART hablaron directamente con los ciudadanos en diferentes grupos temáticos. Examinaron cuatro democracias a las que llamaron democracias «plenas» (Alemania, los Países Bajos, Suiza y el Reino Unido) y cuatro democracias a las que se refirieron como democracias «viciadas» (Argentina, Brasil, Hungría y Rumanía), además de Grecia. Indignación ciudadana Al inicio de las sesiones, los miembros del equipo de POLPART preguntaban a los encuestados en los grupos temáticos qué era lo primero que les venía a la mente cuando pensaban en política. El profesor Klandermans, que recibió una subvención del CEI para dirigir este proyecto, comenta: «Las respuestas eran sorprendentemente negativas y cínicas y manifestaban falta de confianza en las instituciones políticas, especialmente en los estudios de casos prácticos llevados a cabo en los países con democracias “viciadas”. Incluso las valoraciones positivas eran fundamentalmente una cuestión de aspiraciones e ilusiones. Obtuvimos una gran variedad de respuestas pero se trataba principalmente de reacciones emocionales. Aunque las valoraciones posteriores en los grupos de debate fueron más sutiles, el sentimiento general seguía siendo negativo». Claro está que no cabía esperar menos. Europa todavía está luchando con los problemas generados por la crisis financiera, la inmigración se ha convertido en uno de los temas más divisivos desde la crisis migratoria de 2015 y los partidos populistas de izquierdas y de derechas han cobrado protagonismo en todo el continente, desde España hasta Suecia y de Italia a Alemania. Tanto Argentina como Brasil están experimentando una recesión y las desigualdades siguen creciendo. Encontramos un reflejo de la creciente divergencia con respecto a las políticas partidistas tradicionales en la victoria electoral para la presidencia de Brasil de Jair Bolsonaro en octubre de 2018 y en los frecuentes cacerolazos en las calles de Buenos Aires en contra de la crisis financiera y las medidas de austeridad. Votar aún es la opción más escogida Sin embargo, el proyecto también recogió algunos datos alentadores. El profesor Klandermans explica: «La actividad política que registramos con mayor frecuencia sigue siendo el voto (durante las elecciones), seguida por la firma de peticiones y el voto en los referéndums. Así que podemos afirmar con seguridad que una buena parte de los ciudadanos todavía está comprometida y participa activamente en los procesos políticos formales, a pesar de las tendencias actuales de indignación y desconfianza con la política en general». ¿Qué es lo que en realidad motiva a las personas a participar en política? A mayor perjuicio, mayor es la inclinación de los ciudadanos a participar en acciones políticas, con la única excepción de la pobreza. El profesor Klandermans comenta: «Tanto en las democracias “plenas”" como en las “viciadas”. Cabe destacar que, para todo tipo de problemas, la indignación tiene más poder de llamada a movimientos y protestas políticas, ya sea mediante la firma de peticiones o las manifestaciones, que las políticas partidistas». Si las personas realmente sienten que la participación en alguna actividad concreta puede marcar la diferencia, están más dispuestas a participar. «El principal factor para estimular a la participación política en general es la eficacia externa. Curiosamente, las personas que optaron por ponerse en contacto con los políticos descubrieron que esta estrategia era más efectiva que la mayoría. Por lo que parece, la relación entre el esfuerzo y el resultado es mayor en el caso del contacto directo con los representantes electos», señala el profesor Klandermans. ¿Votar o protestar? Esa es la cuestión En general, el proyecto POLPART descubrió que cuanto más enfadada esté la gente, mayor será su inclinación a escoger políticas partidistas o de protesta. «Las personas más cínicas se sentirán más inclinadas a votar o a firmar una petición oficial, mientras que las personas con un sentimiento de eficacia interna mayor estarán más inclinadas a escoger algún tipo de política de protesta», indica el profesor Klandermans. POLPART también notó que la probabilidad de participación actual es mayor en el caso de aquellos que ya han participado en el pasado. Si alguien se ha involucrado en actividades de movilización en el pasado, tiene una mayor predisposición a volver a hacerlo en el futuro. El profesor Klandermans afirma: «Es interesante que la participación cívica no afecta la participación en política de manera sistemática. Descubrimos que la participación cívica no tenía nada que ver con la participación política o su correlación era negativa». El profesor Klandermans y su equipo continúan trabajando en más publicaciones del proyecto POLPART. En 2020, todos los datos recopilados se pondrán a disposición de la comunidad académica. Palabras clave POLPART, participación política, votar, elecciones, protestas políticas, ciudadanos
