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Se insta a políticos a intervenir en la relación entre las sustancias químicas y el cáncer de mama

Defensores de la salud están instando a políticos a intervenir al respecto de la gran cantidad de pruebas científicas que vinculan la exposición a ciertas sustancias químicas con el rápido aumento de casos de cáncer de mama. Los científicos saben desde hace años que el riesg...

Defensores de la salud están instando a políticos a intervenir al respecto de la gran cantidad de pruebas científicas que vinculan la exposición a ciertas sustancias químicas con el rápido aumento de casos de cáncer de mama. Los científicos saben desde hace años que el riesgo que tiene una mujer de desarrollar cáncer de mama se debe tanto a los niveles de estrógeno producidos por su cuerpo como al consumo de medicamentos que contienen estrógenos sintéticos, como la terapia de reemplazo hormonal (HRT). Ahora un nuevo informe, «Breast cancer and exposure to hormonally active chemicals» [El cáncer de mama y la exposición a sustancias químicas hormonalmente activas], subraya el papel de las sustancias químicas en el desarrollo de cáncer de mama. El informe, que fue encargado por la Alianza de la Salud y el Medio Ambiente (HEAL) y el CHEM Trust, se presentó a los diputados del Parlamento Europeo en Bruselas el 2 de abril de 2008. «Hay buenas pruebas de laboratorio y epidemiológicas que sugieren que ciertas sustancias químicas sintéticas que imitan al estrógeno contribuyen al cáncer de mama», afirmó el autor del informe, el profesor Andreas Kortenkamp de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Londres. «No podremos reducir el riesgo del cáncer de mama sin abordar causas que se pueden evitar, en particular la exposición a sustancias químicas.» Los casos de cáncer de mama están aumentando en Europa, con más de un millón de casos diagnosticados anualmente en todo el mundo. «A pesar de que la genética y la edad más avanzada en que se tiene al primer niño han demostrado contribuir al aumento del cáncer de mama, las altas cifras de casos diagnosticados últimamente no pueden atribuirse sólo a estos factores», se lee en el informe. «Cada vez hay más pruebas que indican que las influencias del entorno, entre ellas la exposición a sustancias químicas, también juegan un papel.» En la presentación del informe, el profesor Kortenkamp expuso pruebas que muestran que, mientras que unos niveles bajos de sustancias químicas particulares no tienen un impacto discernible sobre el cáncer de mama, el impacto es manifiesto cuando se consideran conjuntamente las mezclas de sustancias químicas, incluso si los niveles de cada sustancia son muy bajos. El profesor Kortenkamp también subrayó la importancia de los niveles de exposición en diferentes etapas de la vida de una mujer. Las mujeres son especialmente vulnerables a niveles elevados de estrógeno en el útero, cuando se forma el tejido mamario, y en la pubertad, cuando crece el sistema ductal mamario. Por ejemplo, las investigaciones muestran que mujeres que estuvieron expuestas al pesticida DDT durante la pubertad tienen más probabilidades de desarrollar cáncer de mama que mujeres que estuvieron expuestas al mismo en épocas más tardías de su vida, cuando el tejido mamario era menos vulnerable. Entre tanto, otro estudio se centró en mujeres cuyas madres tomaron el fármaco DES (diethylstilboestrol) para evitar el aborto espontáneo y, de ese modo, se vieron expuestas a estrógenos sintéticos en el útero. Los resultados revelaron que estas mujeres se enfrentan a un riesgo doble de desarrollar cáncer de mama. La lista de sustancias químicas que funcionan como hormonas y de los productos que las contienen es larga. Algunas de estas sustancias químicas ya están prohibidas, entre ellas el DDT y otros pesticidas. Sin embargo, hay muchas más, entre ellas el bisfenol A (BPA), que se encuentra en recipientes de plástico para el almacenamiento de alimentos; los parabenos, que se utilizan en cosméticos; los filtros UV para bronceadores con filtro solar y alquilfenoles que se encuentran en plásticos, pinturas, tintas y detergentes. Científicos y defensores de la salud sostienen que estas sustancias químicas se encuentran en una amplia gama de productos y que es imposible que una mujer no se vea expuesta a ellas. Por lo tanto, ha llegado el momento de que las autoridades actúen para eliminar estas sustancias químicas de nuestro entorno, afirman. Como apuntó el profesor Kortenkamp, la Unión Europea ha financiado gran cantidad de investigación excelente sobre este tema. No obstante, «esto no se acompaña de un enfoque regulador igualmente bien fundamentado y bien pensado para actuar basándose en pruebas científicas», afirmó a CORDIS Noticias. Mientras tanto se necesita más investigación. «Es necesario llevar a cabo más estudios epidemiológicos para descubrir por qué las mujeres padecen de cáncer de mama; en qué se diferencian de aquéllas que no lo padecen», afirmó la Dra. Annie Sasco, jefa del equipo de epidemiología para la prevención del cáncer del INSERM, el Instituto Nacional para la Salud y la Investigación Médica de Francia. Para llevar a cabo estos estudios se necesitará utilizar marcadores biológicos que determinen a qué productos han estado expuestas las personas. También se necesitan estudios toxicológicos y experimentales sobre animales, añadió la Dra. Sasco. «Se deben intensificar los esfuerzos para someter a una revisión las sustancias químicas tipo estrógeno», afirmó el profesor Kortenkamp. «Estamos lejos de tener una visión completa de esto.»

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