Un estudio demuestra que unos ejercicios especiales podrían prevenir la dislexia en niños
El desarrollo de la dislexia puede prevenirse mediante una serie de ejercicios especiales, de acuerdo con una investigación reciente del «Centro de excelencia en la investigación de la motivación y el aprendizaje» de Finlandia. La dislexia se refiere, en términos generales, a una serie de discapacidades para la lectura. En términos médicos, se define como un trastorno cuyas causas son neurológicas y genéticas y tienen relación con el proceso de maduración. Los investigadores finlandeses lograron aislar identificadores clave del desarrollo incipiente de la dislexia y evitaron que fuera a más mediante una serie de ejercicios especiales. Los ejercicios se han reunido en un programa informático que está disponible de forma gratuita en Internet. El entorno, diseñado al estilo de un videojuego, ayudará en la prevención de la dislexia. Se desarrolló teniendo en cuenta los resultados de un estudio dirigido por el profesor Heikki Lyytinen de la Universidad de Jyväskylä (Finlandia). De acuerdo con el profesor Lyytinen, este videojuego consigue atraer y retener la atención del niño, de tal forma «que los niños lo encuentran divertido incluso aunque tengan dificultades para aprender a leer». En el estudio se compararon 107 niños cuyos padres o madres tenían dislexia y un grupo de control en el que los niños no tenían predisposición hereditaria. Los investigadores siguieron el desarrollo de los niños desde su nacimiento hasta la edad de escolarización. «A la mitad de los niños cuyos padres habían tenido dificultades en la lectura y la escritura les resultó más complicado aprender a leer que a los niños del grupo de control», explicó el profesor Lyytinen. «Las características atípicas del desarrollo lingüístico de estos niños pusieron de manifiesto el riesgo en una fase muy temprana, y también nos permitió comprender los indicios típicos que alertan de futuras dificultades para leer y escribir.» Se establecieron dos identificadores clave del desarrollo incipiente de la dislexia. Uno es el retraso en la capacidad de percibir y procesar mentalmente las sutilezas en la voz de una persona, mientras que el otro es la demora en la respuesta al nombrar objetos familiares presentados ante ellos de forma visual. Los niños, a medida que crecen, van presentando mayores problemas para recordar los nombres y sonidos de las letras. «Estos niños han de practicar mucho más que sus compañeros para aprender a leer. Les resulta más difícil automatizar la lectura. Cabe añadir que la fluidez en la lectura es un requisito indispensable para poder comprender un texto complejo», comentó el profesor Lyytinen. «Un lector lento no es capaz de comprender un texto como un todo, y por lo tanto tiene dificultades para seguir la trama. Por esta razón conviene prestar especial atención no sólo a la precisión en la lectura y la escritura, sino también a la comprensión de textos que contengan frases bastante largas.» De acuerdo con el investigador, nunca es demasiado tarde para empezar a utilizar los ejercicios diseñados por su equipo. No obstante, se obtendrán mejores resultados cuanto antes se empiece. «El mejor momento para comenzar a trabajar con estos ejercicios es al final de la etapa preescolar, pero tampoco es demasiado tarde si el niño ya ha comenzado a ir al colegio», comentó el profesor Lyytinen. «El resultado pedagógico, como es de esperar, mejora con la repetición: más de una vez al día y en sesiones cortas. No hay ninguna duración prefijada; se puede jugar tanto tiempo como el niño lo esté pasando bien.»
Países
Finlandia